Verchiel había llegado al fin a la academia por ese pequeño puesto que había visto anunciado como profesor de gastronomía, le serviría para poder ocultarse de todo aquello que le perseguía en el exterior por lo que confinarse ahí un rato no se le hacía mala idea. -Waaah~ Sí que es grandecita esta escuela!- Exclamó al bajar del taxi con sus maletas y sombrero de chef puesto en la cabeza, pues no se arriesgaría a que se deformara dentro de las maletas, se adentró en el lugar sentándose en la recepción esperando que alguien saliera a atenderlo, ya había explicado el motivo de su visita a un personaje bastante curioso que había pasado por ahí, un pequeño de orejitas gatunas que le aseguró esperara ahí y le atenderían. Esperaba y eso fuera cierto. Suspiró acomodándose mejor donde estaba mientras miraba todo distraído y curioso.