Deidad celosa {+18}

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Esa noche después de haber hecho un trato con ese pelirrojo que ahora era el nuevo habitante del castillo, Wen nomás no se podía estar quieto, rondaba por su cuarto sin deseos de dormir, no podía hacerlo. Se asomó molesto a la ventana, todo tan aburrido… bueno, Dylan se desplazaba por ahí bailoteando y acomodando el portón que él había desprendido de su lugar pero no era lo suficientemente entretenido verle sacar canas verdes al pobre de Cain más bien eso era una crueldad.

Se volteó contra la pared y se sentó ahí analizando la situación ¿Porqué los celos le atacaban de tal modo? Se sentía muy raro, nunca había sentido nada parecido por nadie y era muy bueno para evitar apegarse a las personas pero…Apos había logrado algo que le ponía de malas, el verle con James era algo que le frustraba, no, mejor dicho le desquiciaba por completo. Su actitud posesiva hacia él estaba acabando con él y con todos los objetos de su habitación, quemándolos o comprimiéndolos hasta dejarles totalmente inútiles. Se llevó las manos a la cabeza respirando, debía calmarse, no era el fin del mundo todavía sólo…debería intentar hablar con él…intentar ser honesto pero diablos ¡Era tan difícil siendo él! Gruñó molesto mientras se ponía de pie y lanzó una oleaba de fuego contra la lámpara que tenía cercana. Parte de su mente le decía “¡Qué haga lo que quiera! ¡Que se revuelque con todo el castillo si eso lo hace feliz!” Pero otra parte de él rápidamente se respondía molesta “¡NO! ¡¡Es mío, mío, mío!!” Por primera vez el Dios Wen no sabía que hacer, sabía que Apos se había acostado con Wen pudo sentirlo, pudo olerlo en su piel y ¡¡Agh!! Se moría de rabia, se revolvió el cabello mientras caminaba a su cama y se tiraba ahí frunciendo el ceño mirando fijamente la lámpara que se incendiaba.

Era inevitable, tendría que ir a afrontarlo ahora que se había desquitado con todo lo que había a su alrededor. Se levantó dispuesto a buscarle y abrió la puerta de su habitación sin problema alguno a pesar de que tenía seguro, el metal no tenía trucos para él. Se adentró en la habitación algo molesto aún consigo mismo, si no fuera tan orgulloso...

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Se había visto bastante disgustado tras su regreso... era verdad que las cosas que él había hecho en Aruba con James no eran de lo más amigables que digamos, pero... ¿Si Wen podía andarse revolcando con Lionel, con James, con los gemelos esquiciados y con medio mundo más, porqué él no podía darse un polvo de vez en cuando? Bueno... realmente lo que había pasado fue muy improvisado y fue tras saber que Wen estaba molesto porque él se había ido, pero en primera, ¿no era él quien le dijo a Wen que escogiera a quien fuera para que lo acompañara a la misión? James hizo su movimiento y lo escogió tal como el Dios lo hizo, tenía que acudir a ello como buen compañero. Y en segunda, no tenía porqué ponerse celoso... era verdad que, para Apos, Wen representaba a alguien más allá de lo que una pareja se podría dignar a ser, era su dueño... pero en vista de la situación y de la ausencia de este en Aruba, de que las cosas se dieron por sí solas, no había más que decir. Solo que Wen exageraba las cosas, no era como si se hubiese enamorado de James y fuese a dejar a Wen por él... ¡Que por cierto no había nada que dejar!

Estaba sinceramente fastidiado con ello... Desde que llegó el albino no había parado de verle de mala forma y de encararle que no le quería ver, como si hubiese hecho algo tan lamentable y que Wen nunca lo pudiese hacer. ¡Qué osadía! Tacharlo por algo que a él no le importaba cometer... ¿dónde quedaba Apos ahí? Todo le hacía regresar a esa estúpida frase en la ducha de la habitación de la deidad en cuestión... ¡Mentiras que decía! Pensando que iba a atraparlo... Apos tenía una terrible fobia a esas cosas. O bueno, simplemente se negaba a ello por protección propia, ¿quién sabe?

No importaba... necesitaba relajarse y para ello tendría un merecido baño de espuma. Se mantuvo un largo rato dentro la tina antes de salir y ponerse una pijama que había quedado abandonada por un largo tiempo... tan solo un shorts azul celeste y una camisa blanca. Se quedó reclinado sobre las almohadas en aquél espacio de la ventana en su habitación, que de hecho resultaba ser un compartimento con una tapa de madera muy resistente y alcolchonado después. Había encargado una botella de vino, conectado el reproductor mp3 con un volumen lo suficientemente alto para su habitación y traía en manos un libro bastante prometedor que su madre le recomendó durante años... antes de su muerte, claro. También tenía un enorme tazón lleno de comida chatarra y al cabo de unos minutos ya tres botellas habían sido vaciadas mientras que él seguía, ofreciendo el espectácula de toda una mujer en momentos de alta depresión... pero NO, él no tenía porqué estar molesto o triste, no valía la pena siquiera, eso es lo que se repetía en su mente cuando el recuerdo del albino le venía a la mente, diciéndole su estúpido "no eres grato a mi pupila"... ¡Bah! Estaba completamente irritado.

Finalmente, no debía importarle. Eso fue lo último que se dijo antes de llevarse otro trago a la boca mientras continuaba con su lectura, aunque un segundo después escuchó que su puerta era abierta sin el más mínimo permiso... ¿La gente no sabía tocar? ¡Por algo se colocaba el seguro, ineptos! Giró apenas un poco su rostro para ver al que había invadido su habitación, encontrándose cierto rostro que no quería ver, mismo por lo que volteó el rostro y dio otro trago a su copa de vino.

-¿Qué pasa? ¿A su pupila le ha apetecido ver a esta puta un rato? ¿O será que está tan urgido que ni siquiera todo el castillo pudo servirle para saciarse? -cuestionó con ironía, sin siquiera mirarlo para llevarse otro trago a la boca, con tranquilidad-. Lo siento... pero a mi pupila no le apetece tu presencia -dijo, muy en su papel, para mirar a a través de la ventana.

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

-Deberías tener más respeto de tu dios…- Le dijo serio intentando no exasperarse a la primera, si eso sucedía todavía tenía la opción de desaparecer un rato e intentarlo después. No hizo caso a sus reclamos, le daba igual lo que dijera ahora porque sabía que estaba tan molesto como él y a diferencia de él aún no destruía su habitación así que…debía encontrarse mal. Se paró frente a él con esos ojos grises analizándole pero la verdad es que ahora ni siquiera se sentía bien para verlo de mala manera, parecía un perrito regañado con la cara que traía. –Esa no es tu decisión- Dijo finalmente haciéndole ver que él no se salía de su papel por mucho que le dijeran, él realmente era un Dios no era que se creyera uno. Simple…

Pero ahora era un Dios que estaban por domar de algún modo… ¿Cómo empezar? Si nunca había hablado en serio con nadie respecto a lo que sentía. –No sé ni qué diablos debería decirte para que dejes de estar indignado- Se mordió la lengua para no aumentar cosas de las que pudieran pelear nuevamente cosas como “Aunque en realidad el único indignado debería ser yo”. –No te enojes con tu Dios…debo admitir que estoy muy celoso, no entiendo porqué y lamento que tuvieras que pagar con mi ira estas cosas nuevas que me atacan pero…no pude evitarlo, no sé que diablos me sucede…- Admitió desviando la mirada avergonzado, no podía atreverse a mirarlo, en su vida había hecho una cosa parecida pero estaba haciendo un tremendo esfuerzo por explicarse sin estallar en un sin fin de reclamos y tonterías que no venían al caso ya.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

-Venga, venga... ¿respeto? Tenerle respeto es lo que... mas busco en mí, justo ahora -le habló de usted, sin siquiera mirarlo y evidenciando con sus palabras lo que, bueno, quedaba bastante claro: no estaba seguro de poder otorgarle mucho respeto que digamos. Y bueno, su segunda frase no ayudó mucho a con el humor de Apos... era sorprendente que no hubiese destrozado medio castillo ya cuando no solía controlarse demasiado. Aunque claro, seguramente a Wen le faltarían un par de títeres en el inventario... él no se hacía responsable, todo era consecuencia de la misma cosa a final de cuentas.

Y bueno, ese ceño fruncido no se le borró en ningún momento. Le escuchó solo por el simple hecho de que no podía ignorarlo pues la voz de Wen sonaba más fuerte que su música... ¿dónde había dejado el control remoto del estéreo? Ah, estaba en la mesa de noche a un lado de su cama ¡Carajo! Rodó los ojos cuando empezó a hablar de nuevo y, ante eso último, tuvo que contener sus fuerzas a unas humanas para no destrozar el libro que tenía en manos y, para protección de este y en respuesta a esas palabras, lo lanzó al rostro de Wen, mirándole ahora sí de frente sin siquiera levantarse y apretando la copa hasta que terminó por romperse en su mano. No importaba, no era como que eso le fuese a hacer daño, no mas de lo que Wen pudiese probocar.

-¿Te estás dando cuenta de lo egoísta que eres? -confrontó sin más, para tomar la botella que le quedaba y darle un profundo trago-. Eres un Dios Wen... Siempre lo has sido y así cualquiera pueda venir a negártelo yo jamás lo haré -continuó, advirtiendo el continuo reclamo tras sus palabras-, puedes hacer lo que te plazca, nunca te he detenido y nunca lo haré, porque no tengo en primera el poder para ello y en segundo no valgo lo suficiente para que mis palabras sirvan de algo... pero ahora vienes a decirme que sientes celos por lo que pasó en Aruba cuando yo te estoy viendo todo el tiempo con quien te viene en gana, ¿o me vas a negar que ya te acostaste con la mitad del castillo? -fue irónico-. Celos... estúpidos celos, ¿ah? Ahora dime algo, ya que los conociste... ¿cómo crees que podría sentirme yo que te sirvo solo a ti cuando tú vas a hacer lo que quieras? Ni siquiera te atrevas a intentar ponerte en mi lugar -exigió-. Y no me mientas tampoco, ¿quieres? Mucho menos vengas a pensar que es sencillo hablar... ¡No sé qué carajos te estoy diciendo!

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Wen alcanzó a esquivar aquello pasándose al otro lado de Apos por mero instinto sus pupilas se tornaron frías al estarlo escuchando ¿Si no era nadie para recriminarle nada entonces porqué le dolía que lo hiciera? Maldita sea la hora en que le conoció, ahora no podía detener todos aquellos sentimientos insanos que le atormentaban. ¿Se estaba volviendo mortal al sentir aquello? ¿Pero porqué?...

Se mordió el labio inferior ante su pregunta irónica y desvió la mirada intentando contenerse, no debía perder la cabeza tan rápido pero debía ser sincero con él como siempre lo hacía...

-¡Jamás te mentí, es algo que no puedo hacer!...Y si para ti no es sencillo para mí mucho menos...- Le dijo violentamente dándose la media vuelta para no darle la cara durante ese momento, su orgullo se estaba rompiendo en pedazos, desmoronándose justo en sus manos ¿Qué debía hacer ahora? Apretó los puños para intentar controlarse.

-No quiero que estas cosas sucedan nuevamente, por lo menos...si vas a hacerlas evita que se sepan ...evita que yo te vea en brazos de otro porque no puedo tolerarlo, evita que el aroma ajeno manche tu piel de su esencia impía porque me haces daño, me haces mortal...me haces cometer las mismas estupideces que esos malditos...No quiero que esto sea así...¿Qué debería hacer entonces si eso te parece egoísta?...- Le preguntó al fin confrontándolo nuevamente.

-¡Por primera vez tu Dios te exige una orden directa! ¡Dímelo! Dime...¿¡Qué diablos debo hacer para evitar estas cosas!?... Y tu dios que ahora se muestra ante ti con tal debilidad estará dispuesto a ello, ¡Porque me has cautivado!...y no puedo con esto, me has hecho ver que... no puedo...- Por primera vez Wen se mostraba tan débil tan impotente ante aquella situación que se escuchaba algo dolido a pesar de que no se le notara.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Ante apenas las primeras palabras reaccionó con molestia, fruncía el ceño con fuerza y por poco rechinaban sus dientes. Antes de que dijera más nada alcanzó con su mano la botella de vino y de una vez por todas terminó lo poco que quedaba de la bebida, para tomarla con fuerza y lanzarsela a Wen a que le golpeara, sin importarle ningún resultado. Que a fin de cuentas era un Dios entre dioses y ni esa botella ni nada le haría daño, ¿no es así?

-¿Entonces por qué juegas conmigo, eh? -gritó exasperado. Seguramente todo el castillo despertaría si los escucharan-. ¡Decir que me quieres no ha sido poca cosa! Perdón si no supe responder a ello... Pero... ¿Qué se supone que diga? Si lo comparara... si tan solo lo hiciera ¡Seguramente huiría de saber el resultado de lo que yo pueda sentir! -exclamó, retrocediendo un poco para llevarse las manos a la cabeza. ¿Estaba tan mal querer huír de dicha realidad para continuar con la vida que llevaban hasta ahora? Nunca había discutido realmente con Wen y tampoco le gustaba empezar a hacerlo-. Dime que estoy equivocado y creeré que no me mentiste al decir eso... Pero no sé si creer que realmente "me quieres" -admitió, inseguro.

Mientras Wen conseguía hablar aún más, su cabeza se hacía un nudo solo. Estaba por volverse loco... ¿Cómo alguien podía tener la capacidad de hacerle daño a un Dios? Lo que era más... hacerle daño a Wen que era su deidad, la más fuerte y poderosa ante sus ojos. Pero también resultaba herido por esas palabras... entender con ello que él podría ser el único culpable del sufrimiento del albino le hacía sentir peor de lo que pudiese esperar. Apenas formulara aquella primera pregunta negó con la cabeza con enjundia y en cuanto levantase un poco la voz se llevó las manos a los oídos para cubrirlos. Sabía de pecados y era fiel a cometerlo... pero de levantar una orden ante Wen. Se pasaba de los límites antes marcados, de bromear o de simplemente negarle una de sus noches. Era superior a enojarse con él o a estarle gritando, era incluso una ofensa para Apos. Se acercó con un movimiento violento y lo sostuvo de su cabeza para poder alcanzar su frente e unirla con la propia.

-¿De qué me viste cara? -cuestionó-. ¡¿De qué mierdas me viste cara?! ¡Tú no puedes hacerme algo como esto! -gritó, sin siquiera separarse de él-. Me vas a matar Wen... ¡Vas a terminar conmigo, carajo! Y no quiero eso... mi único temor podría ser no estar para cumplir tus caprichos -deslizó así sus manos hasta el pecho del "imáncito", para ocultar su rostro en este-. No digas que no puedes hacer algo... no digas que eres debil en ningún aspecto... porque entonces eso significará que debo irme y yo no quiero dejar esto... Si soy yo lo que te debilita, debes tenerme muy lejos -esas palabras lograron pesarle en demasía a sí mismo.

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Wen reflejó su dolor inmediatamente en su expresión al escucharle mientras seguía molesto con él, apenas si pudo esquivar la botella que se quebró casi a sus pies, por lo que se hirió un pie pero tal vez se lo merecía. por lo que no dijo nada sobre aquello, le vio acercarse y retrocedió pensando que tal vez quisiera seguir peleando, pero al tomarle así y pronunciar aquellas palabras sencillamente se alejó con seriedad -No te pido que correspondas si no quieres...- Le musitó con aquella mirada gris que ahora se notaba algo melancolica por alguna extraña razón -Y si sencillamente eso es lo que tienes que decir entonces...está bien...no hay que seguir con esto si tanto te asusta- Cerró los ojos por un momento -Sólo quiero que seas feliz...pero si va a ser lejos de mí no lo aceptaré...mataré al idiota que se atreva a poseerte completamente, lo juro...- Le musitó dándose la media vuelta, ya tendría tiempo para quejarse de su pie lejos de ahí, él tenía la culpa por sus ocurrencias de andar descalzo por ahí pero es que los zapatos eran un martirio que su pueblo gitano no acostumbraba utilizar.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

-¿No lo comprendes, Wen? -cuestionó con notable frustración tras unicamente su primer frase. Para llevar una mano a sostenerse el cabello con fuerza, neceando con sigo mismo para negar fuertemente con la cabeza. Lo estaba sacando de quicio, toda la situación que parecía no ir a ningún lado, todo por una estupidez sin sentido y por la terquedad que ambos tenían, ese estúpido orgullo del que Apos también era portador, maldición... maldita sea. No lo toleraba y, al escuchar aquellas segundas palabras, por sí misma se le escapó una lágrima y su rostro reflejó toda su impresión y un shock casi doliente a quien le viese-. ¿Por qué no me estás escuchando?

Había tocado fondo... Apos no lloraba por naturaleza, no sabía hacerlo, no sabía sentir si no era ese el deseo del hombre ante él, solo le servía a su adorado Dios y si ello no existía no podría hacerlo. Si su Dios le daba la espalda tan solo un poco él terminaría hecho trizas... era una vergüenza, un asco para sí mismo, el haberse entregado tanto, tanta devoción por un ser como este. Cuando el "imán" en cuestión se dio la vuelta no hubo más que pensar, mismo por lo que estiró si mano y haló de él para que le mirara de nuevo.

-¿Qué es lo que hice? ¿Qué te hice? ¿Qué te di? ¿Qué me hice a mí mismo? -cuestionó con confusión-. ¿Qué es lo que deseas? Una respuesta... ¿una respuesta? No lo sé... ¿Cómo podría plasmar en palabras el sentir hacia ti? Eres mi Dios, tienes mi devoción, me tienes a mí, me he entregado por completo y... no sé siquiera cómo llamarlo -dijo, con la mirada gacha. Algo extraño en él ya que, bueno, su ego siempre se vio por los cielos cuando ahora parecía antar alcanzando el subsuelo-. No me dejes -musitó suavemente-, porque si tú me dejas no podré vivir... no tendré razones para continuar, ni siquiera mi raza será suficiente razón y nada será un buen perdón a esto... si tú me dejas, estaré perdido -declaró, antes de que se le escapara un quejido-. No quiero dejarlo... ser tuyo es para lo único que seré bueno por siempre -finalizó, antes de sostenerse nuevamente de su pecho-. Débil... dijiste que eras, por mí. Yo soy el único patético que puede verse débil... ¡Y si querías una orden que sea esta! -aferró aún más a Wen-. No te vayas... ni esta ni ninguna noche. No me dejes...

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

-Tu cuestionas a tu Dios...sin darte cuenta que te ama tanto... juzgas a tu Dios como si fuera uno más entre los tuyos, pero no es así... eso es lo que me duele ahora...- Le dijo desviando la mirada fría a otro lado -Pero, yo he dicho algo y tengo que cumplirlo, si ese es tu deseo entonces haz que yo también lo quiera así...- Le musitó serio con la mirada perdida en sus pensamientos, pues se sentía tan extraño que no sabía ni qué diablos le pasaba ahora. Sus manos por misericordia se levantaron y acogieron a su fiel devoto contra su pecho acariciando su cabello ligeramente, era tan...vulnerable ahora, tal y como lo quería, SU Apos...su adorado Apos, la única deidad que no sabía todo el poder que poseía sobre él...y que precisamente no sabía eso, que era deidad, que por eso era tan brillante, tan bello, pero si se lo dijera y se diera cuenta quizá lo perdiera.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

-No... no... no lo volveré a hacer -dijo al escuchar tan solo esas cinco primeras palabras. Pero, escuchando lo que venía, su mente quedó en blanco. Amor, ¿eh? Wen pudo decirle tan abiertamente ello, decirle que le amaba tanto. Era entonces que esa estúpida pregunta venía a su mente... ¿Por qué era tan débil para expresar algún sentimiento? ¿Por qué temía tanto a ello? Se alejaba apenas habían indicios de cariño porque aborrecía ese tipo de ataduras, de debilidades. Pero... si era por Wen, podía tenerlas, ¿no es así? Tenía el derecho si eran hacia su Dios.

No quería alejarse de Wen... deseaba pertenecer ante el calor del mayor, abrazado con fuerzas a él. No le importaba más nada que mantenerse así, con él, a su lado. Sus palabras resonaban, cada una de ellas, dijese y significase lo que fuese, solamente quería mantenerse ante él, tan cerca y tan aferrado.

-No me ames -pidió bajo tras escuchar sus palabras, aferrando sus manos casi femeninas en torno a su ropa-. Si me amas... me convertiré en una debilidad peligrosa -comentó, para levantar la mirada y buscar sus ojos, llevando de misma manera sus manos al rostro de esa deidad que se encontraba tan cerca de él, tan a su alcance, buscando acercar su rostro y cumplir con sus deseos-. Yo soy quien debe decirlo de una vez por todas... debo ser yo el débil, por tu bien, porque así debe ser -sonrió entonces, de forma desvanecida-. Déjame protegerte y ocultar todos estos males que nos envuelven... déjame ser tu guardían por siempre y prometo pagar lo que debo y exponer todo ante ti, ser transparente y desnudar mis verdades -musitó, antes de sostenerle de la nuca y acercarlo un poco a su rostro, cerrando sus ojos para ocultarlos ante la cercanía de los contrarios-. Te amo... siempre te he amado y siempre será así, solo por eso te lo suplico... no me dejes -finalizó, para unir entonces sus labios a los de Wen, en un beso profundo.

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Escuchó sus palabras mientras el acercamiento le daba algo de ansiedad por besarlo de una buena vez, al darse el contacto profundizó en aquella cálida cavidad con pasión aferrando su cintura contra la suya, el beso comenzó como algo dulce pero Wen comenzó a tornarlo salvaje, pero intentó clamarse por un momento para al fin contestarle antes de que las cosas se tornaran peores, respiró agitado -Pero...ya lo eres... no puedo hacer nada contra eso. Te incrustaste en mi corazón de alguna manera y no pienso sacarte de ahí a menos que tu lo desearas...hiciste algo que yo creía imposible...- Le musitó bajito buscando un roce entre sus labios para seguir provocandole -Te quiero...- Le besó -Te quiero...- Volvió a decirle sin poder evitarlo. Lo decía así porque el decir "Te amo" directamente es algo que aún le daba miedo pronunciar, así que entrenaría con eso primero por cómico que pareciera.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Dejó, como siempre, que Wen tomara el liderazgo en el beso. Se sostuvo de él, de su cabeza y enredó sus dedos en sus rubios cabellos mientras le agerraba con fuerza, fundiendo sus labios con una pasión que derretería a los polos de estar cerca. Pero se detuvo cuando tuvo que hablar y le miró, le recorrió todo el rostro con la mirada y sonrió de esa misma manera débil que anteriormente lo había hecho, acariciando suavemente sus cabellos ante sus palabras, sintiendo la cercanía y viéndose obligado por la sensación a cerrar sus ojos.

-Wen... -musitó de entrada, para sentirlo besar sus labios y repetir esas dos palabras, haciéndole sonreír. Era un poco tonto... se veían como esos novios adolescente que solo querían decirse que se querían durante todo el tiempo, ridículo, pero dulce a final de cuentas.

Pero tampoco era como que ese fuese su estilo... tanto Wen como Apos tendían a ser muy salvajes, cosa que demostró al sostenerlo con fuerza y aferrar a sus labios con fiereza, de forma voráz como siempre. Lo deboraría, ya tenía suficientes razones para olvidarse de lo que fuera, saberse el único, o al menos algo como ello. Quien podía mantenerse tan cerca de Wen.

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Le besó con profundidad de nueva cuenta mientras una de sus manos comenzaba a colarse por su ropa ¿Casi dos días sin hacer nada? Había que hacerlo seguido porque ahora no podía esperar por él, le llevó entre besos hacia la cama, las piernas ajenas rozaron contra la orilla del colchón por lo que se detuvo ahí un momento para sacar por arriba la prenda superior de la pijama y seguir besándolo mientras los cierres de sus ropas se iban bajando poco a poco como por arte de magia, adoraba esas prendas suyas con tanto metal...ya no podía reaccionar una vez comenzaban a suceder todas esas cosas por lo que era como si de repente todo lo que se hubieran dicho no existiera, solo ese par de palabras en su cabeza "Te quiero"... comenzó a besarle el maxilar y luego el cuello que mordió un poco por la desesperación de querer poseerle pero que debía esforzarse por llevar las cosas por lo menos con un poco de calma.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Una sonrisa ante el regreso de esos labios apenas y se le dibujó, mientras le sostenía con fuerza contra sí, buscando que el calor del cuerpo ajeno no se perdiera en ningún momento. Si de por sí era sorprendente que se hubiesen peleado durante tanto rato... hace dos noches había llegado, todo el día anterior ni siquiera había querido verlo y este día apenas rozaron sus miradas de forma poco agradable durante el día. Era suficiente, ellos no sabrían vivir el uno sin el cuerpo del otro y lo pondrían en evidencia, todo en la intimidad de esa habitación, tras gritos y sollozos, tras quejas y súplicas. Finalmente, con las cartas sobre la mesa, no había razones para detenerse, para retener sus más ocultos instintos.

Como siempre, se dejó guíar por Wen hasta la cama. Se detuvieron cuando fue debido y dejó que le sacara la camisa, para andar a buscarlo mismo. Quería tocar su piel, abrazarse contra ese torso desnudo con el que no batalló ni un poco, para llevar sus labios a la piel de su Dios, de su adorada deidad. Era suficiente de estupideces, era así como ellos se demostraban lo que con palabras se les dificultaba. ¿Para qué decir "te quiero" si sus ojos los evidenciaban? ¿De qué servían los besos sino para pronunciar un "te deseo"? ¿Qué eran sus manos sino un perfecto resguardo? Palabras, estúpidas palabras, sin sentido mayor que complicar la existencia, sin embargo... ¿cómo podrían llegar a hacerlo tan feliz o, incluso, ir a parar al peor de los infiernos? No... sería su secreto. Era lo correcto, un secreto que protegería a su único amor, solo así se aseguraría que nada que pudiese pasarle afectara al mayor, como era debido.

Y es que a nadie le sorprendería verlos bien por la mañana, como siempre. Lo extraño sería verlos de la mano, darse palabras dulces, mimos cariñosos en lugar de sensuales, como eran, gestos encantador... eso no sucedería por el bien de ambos. Pero ahí, dentro de cuatro paredes, se encargaría de derrochar ese sentimiento, solo para él, cometiendo pecados solo como ellos podían, solo como ellos sabían. Sintiendo entonces recorrer esos labios por su cuerpo, con deseo.

-Wen -se le escapó en un jadeo tras esa mordida, mientras que sus delicadas y femeninas manos recorrían su espalda al descubierto, tomándolo de la nuca para atraerlo de vuelta a sus labios y así para no detenerse. Solo deseaba en este mundo una cosa... y eso era simple: satisfacerlo a él. Cumplir sus deseos, sueños y anhelos... era todo por lo que vería.

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Le besó con intensidad al sentir las finas manos marfileñas en su nuca, buscando con ello hacer ceder por lo menos un poco aquel juego que ardía dentro de él cada que Apos le correspondía de tal modo, incluso bien podía perder la cabeza de ese modo con sólo una mirada del rubio, le tenía a sus pies solamente en ese momento por supuesto. Le recostó en la cama bajando sensualmente sus varoniles manos por el cuerpo ajeno aferrándose a los glúteos ajenos para hacerle rozar directamente ambas cinturas aún con a ropa estorbándoles, frotándose un poco mientras le besaba tomando aire de repente entre jadeos para continuar con aquel beso apasionado.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

+ Apos

+El sentir la entrega de Wen era más que suficiente... sí, definitivamente lo adoraba. Era el ser más apasionado que conocía, lo agradecía a los cielos, si era sincero. Terminó su espalda contra la superficia plana y, entonces, esas manos varoniles y fuertes del moreno. Cómo adoraba todo ello. Le divertía, le fascinaba sentir cómo ardían el uno por el otro, el cómo él se aferraba a su cuerpo con tal afán. Al sentirle frotarse, le hizo estremecerse y sostenerle, con sus manos en su espalda y enredando sus piernas con las de Wen, mordiendo entonces su labio inferior de forma suave, mientras arrastraba sus manos por la espalda de la Deidad, con lentitud, marcando su espalda ante la presión que sus dedos imponían.

Este comenzó a besarle el cuello con cierta adoración bajando con urgencia a lamer sus botones y succionarlos ligeramente mientras colaba una mano entre ambos sexos y frotaba un poco presionando un poco sobre aquella cavidad que tanto le gustaba, notando como ya estaba algo húmedo por lo que se excitó más subiendo a besarle nuevamente prácticamente devorandole los labios en un contacto fogoso, cuando se acabó el aire tomó un poco más con violencia y lamió su oído para musitar -Adoro cuando te excitas tan rápido...- Al decir esto presionó un poco más contra aquella cavidad frotandola en breves movimientos rápidos.

+Los labios de su Dios abandonaban los propios para divertirse en su cuerpo... por su cuello, bajando poco a poco a mordisquear sus pezones, cosa que le hizo temblar. Se sostuvo de su cabeza, buscando aquél contacto, mientras movía sus caderas contra él. El que colara sus manos tan fácilmente, que le buscara, le encendió más aún. Ondeó sus caderas casi de forma inconciente y sintió sus labios contra los propios, a los cuales correspondió con la misma fuerza. Pero el aire se les iba, así que en esa separación temporal, ante esas palabras, solo pudo sonreír. Alcanzó un poco su oído y mordió su lóbulo, antes de sentir esa nueva probocación, ante la cual escapó un suave jadeo.

No pudo evitar gruñir excitado al escuchar ese jadeo, el cómo sucumbía ante sus manos era algo que le volvía totalmente loco, rozo sus labios a los ajenos con necesidad mientras comenzaba a penetrar con cuidado aquella cavidad con el dedo medio separándose de él para ver con lascivia sus acciones ante eso, jadeaba agitado, intentando no perder el control con el que quería llevar las cosas.

+Correspondió suavemente a sus labios... sí, su respiración no aguantaba demasiado ahora, pero ignoraría al oxígeno mientras pudiese disfrutar de esos labios. Lo besó con pasión, con fuerza, pero ese dedo introduciéndose en su interior le hizo perderse, apretando su espalda mientras estremecía a su causa. Más, cuando Wen se separó, le sostuvo tan solo de los hombros, moviendo un poco su cadera.

Este cerró los ojos por un momento al sentir como se tensaba aquel interior al tener su dedo completamente dentro, no pudo evitar jadear de deseo -¿Te gusta?...- Le preguntó sencillamente para escuchar aquel tono embriagado en concupiscencia mientras comenzaba a mover aquel dedo en su interior lentamente sólo para disfrutar un poco más de aquellas delicadas facciones ahora torturadas por aquella limitación de ese movimiento dentro suyo, quería que le suplicara...sólo un poco...

+ -Me... enloquece -admitió, con ese tono perdido. Se removió con dificultad al sentirle mover su dedo en su interior... no lo toleraba demasiado, era muy sensible en esa zona de su cuerpo. Wen tendía a hacer eso... a probocarlo, a tentarlo, solo para mirarlo, para escucharlo-. Amh... Wen... no... no juegues -pidió, arrastrando lentamente sus uñas por el pecho del albino, moviendo sus caderas igual-

Al escucharle se dio por bien servido, retirando el dedo de su interior para posarse sobre él con cierta brusquedad ya que el hecho de poseerlo no se lo decían dos veces, comenzó a morderle el cuello dejando un par de marquitas mientras comenzaba a adentrarse en su interior lentamente pero sin detenerse hasta estar completamente dentro, por lo que gruñó al sentir lo estrecho que estaba, buscando sus labios para explorar nuevamente esa cavidad mientras comenzaba a moverse ligeramente dentro suyo aferrandose a su cintura.

+Cuando Wen sacó ese dedo de su interior, él completo se estremeció. Al sentirlo encima suyo, tuvo que sostenerlo, sonriéndole suavemente, sobre todo cuando pasase a morder su cuello, ante lo que aquejó placenteramente. Pero el momento en que el mayor entró en él fue casi glorioso... sí, extrañaba sentir eso. Casi tres días sin él eran demasiado, por lo que el sentirle tan adentro de sí le hizo emitir un profundo jadeo, sosteniéndole con fuerza. Sí, esos labios llenos de ambrosía, una vez más tocaban los propios, otra vez la oportunidad de saborearlos mientras que lo aferraba contra sí, sintiéndole golpear su interior.

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Wen le besó con intensidad medio mordiendo sus labios saboreando la sangre que con su ansiedad por devorarle había obtenido de él, hirió ligeramente el labio inferior ajeno, pero iban a ser marcas para delimitar ante los demás su propiedad, porque Apos era suyo, no dejaría que fuera de nadie más, no podía hacerlo lamió los labios ajenos con sensualidad y comenzó a bajar a mordidas por el cuello ajeno dejando una marca más mientras se movía dentro de aquella húmeda cavidad que tanto le ponía. Se acercó a musitar a su oído -¿Pero ya te percataste de lo mojado que estas?- Le lamió el oído después -...Es delicioso...- Admitió en un tono hipnótico para después susurrar -Mwen renmen ou*...-

*Criollo haitiano, la lengua natal de Wen por ser gitano, significa: Te amo

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

+ Esos eran los besos con los que Wen lograba quitarle mucho más que el aliento... casi le detenía el pulso. Pero a veces se le pasaba la mano y, en este caso, eso había sucedido. Había mordido demasiado fuerte y ahora su labio inferior sangraba, aunque bueno... Eso complacía a su Dios, aparentemente. Y sentía, a pesar de todo, a Wen golpear en su interior con todas sus fuerzas, lo cual lo hacía aún más excelso. Arrastró sus manos sobre su piel morena y luego poco a poco conforma la intensidad de las estocadas fueron las uñas, dejándose marcar si era lo que Wen tanto pedía.- No te burles de mí -respondió, ligeramente divertido, dejándose hacer por esos labios-, eres tú quien lo ha probocado todo... eres quien me pone así, solo tú... -musitó, apretando un poco su espalda y percatándose después de aquellas palabras. ¿Le tomaba el pelo? No sabía qué carajos decía...

Wen sonrió al recibir su respuesta pero amplió más su sonrisa complacida al notar que no le entendió en lo último -Tal vez algún día comprendas el haitiano...¿no?- Le musitó divertido moviéndose lentamente mientras le decía eso y finalmente aferró sus manos a los hombros ajenos para comenzar a embestirle con furia aumentando violentamente el ritmo y dejando escuchar un erótico gemido al sentirse todavía más adentro de Apos. Lo miraba y sencillamente no podía concebir que dentro de su existencia hubiera alguien tan importante ahora ¿Estaría destinado a pasar su vida con él?...porque profundamente esperaba que así fuera.

+-Te haré enseñarme... -respondió, divertido, rodeándole el cuello para acercarlo y darle estra vez un suave beso, evitando lastimarse con ello. Se sostuvo entonces de Wen cuando sintió cómo le aferraba y soltó lento sus labios, dejando caer un momento su cabeza hacia atrás y sintiendo cerca la estocada... misma que pareció querer atravesarlo de una, partirlo en dos-. ¡Agh! -gimió con fuerza ante ello. Llevó sus manos a sostener la cabellera albina de su imán y le miró embelesado, acariciando sus cortos cabellos mientras lo sentía moverse en su interior con tal libertad. Que lo hiciera, a fin de cuentas... era suyo.

Adoraba como le respondía, por lo que se dejó besar para después al separarse embestirle hasta hacerle correrse, bajó una mano recorriéndole poco a poco para después llegar a su miembro y apretarlo con cierta brusquedad frotando con su pulgar el glande ajeno procediendo a besarle con intensidad mientras hacía más breve la forma en la que le penetraba para hacerle disfrutar.

+-Agh... ¡Ngh! Wen... -le llamó entre jadeos. Sí, Wen siempre cumplía su cometido: hacerlo sentir, hacerlo enloquecer entre sus brazos, gemir y jadear debajo suyo, torturarlo y hacerle suplicar... eso le encantaba a su gitano, le fascinaba más bien. Al final tan solo podía hacer una cosa: corresponder. Pues no había opción alguna siendo que él mismo disfrutaba de esa eterna tortura, la gozaba más que el propio Wen, le divertía. Sí, era el éxtasis con ese hombre, lo adoraba. Su respiración se cortaba, jadeaba, dulce y tan eróticamente, apenas podía con su aliento y prometía seguir resistiendo para él pues no quería separarsele, quería tenerlo a su lado, toda la noche... si lo que más deseaba era dormir entre sus fuertes brazos o, lo que era más, como había prometido él, quedar inconciente.

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Wen le miraba extasiado, el observar como disfrutaba de todo aquello quizá era una de las mejores partes de tenerlo bajo suyo disfrutando de esa manera, bajó a besar su cuello y dejar algunas marcas en el mismo mientras seguía envistiendole de ese modo, una y otra vez, no descansaría hasta hacerlo perder la conciencia, y era alguien muy persistente por lo que si tenían que estar ahí toda la noche así sería... Comenzó a masturbarle lentamente de modo que aquel disfrute fuera lo más largo posible.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Oh sí... para la mañana siguiente estaría tan marcado que parecería que sufre de alergia. Todos se darían cuenta de que su riña había terminado de una vez por todas y algo de paz vendría... o bueno, quién sabe, también la reacción de todos al verlos mucho más unidos podría ser rara, porque ahora todo Apos se dedicaría a Wen sin duda alguna... el tacto de la mano de Wen que pronto atendió su miembro le hizo estremecer, mirándole entonces embelesado... por todos los cielos, amaba a este hombre.

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

-Nghn...- Al cansarse de esa posición por su falta de profundidad dentro de Apos fue entonces cuando le abrazó de la cintura aferrándola a él y se sentó quedando sobre sus rodillas con Apos encima que gracias a su peso en ese momento logró que profundizara más en él por lo que gruñó extasiado comenzando a levantarle tomándole por las caderas para subirle y bajarle dejándolo caer de lleno sobre su erección para darle más placer y sobre todo sin tener ningún problema en esta extraña posición que ahora habían adoptado, aunque debía admitir que él estaba más que enloquecido con aquello. Una vez que se cansara de esa posición entonces ahora sí seguro le partía en dos... Se detuvo en su salvajismo por un momento para quedar completamente dentro de él presionando sus caderas completamente contra las suyas y comenzando a moverse en círculos dentro suyo. -Mghm! Muévete...Apos...- Le pidió en un tono embriagado.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Al momento de que Wen le rodeara de la cintura, de inmediato comprendió que debía sostenerse de su cuello para agilizar dicho movimiento y terminar justo como el Dios deseaba. Sobre su regazo y sintiendo el miembro de Wen llegar mucho más profundo. Se le escapó un jadeo profundo y sonoro ante ello, arqueando la espalda un poco ante la profunda intromisión de aquella erección y mirando a segundos a Wen, para inclinarse un poco sobre su rostro, regalándole su aliento a jadeos, boca a boca, mientras lo sentía tan duro en su interior, palpable, mismo por lo que, con tan solo escucharlo, sornrió y no dudó en cumplir sus encantadores deseos, comenzando a moverse al antojo de su deidad, no sin que esto le robase más de un profundo gemido.

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Por más que quiso controlarse en aquella situación no podía, estaba muy excitado y no importaba cuantas bocas probara y en cuantos lechos yaciera, la verdad es que con nadie ardía en deseos de tal modo; Con nadie se excitaba tanto como con él, porque era autentico, era tan suyo (y él se debía a Apos, le pertenecía al rubio de algún modo también) desde la primera vez que se acostaron en aquel hotel en Brasil con tal lascivia.

Ahora sabía que ese deseo desde que lo sintió nunca se esfumaría, sólo se hacía más fuerte a cada vez y eso le desquiciaba, acababa con su poca cordura le besó devorándole desesperado para contenerse un poco pero en cuanto abandonó aquel beso húmedo dejó escuchar un ronco gemido al que acompañaron deliciosos jadeos que proviniendo de la garganta de la deidad eran incitantes aún más a continuar, aquel ritmo frenético que comenzaba a crearse entre ambos lo estaba orillando cada vez más a su glorioso orgasmo, ¡Por dios! ¡Tenían que pelearse más seguido!

Le encantaba aquella visión tan clara que le ofrecía aquella posición en la que su mirada podía deleitarse a placer, sólo por eso comenzó a masturbarle con rapidez para enloquecerle tanto como él ya lo estaba, el sentirlo tan húmedo no ayudaba al estado frenético en el que ahora se encontraba, cada vez deseaba más partirle a la mitad.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Los labios del rubio tendieron a duras penas a corresponder con aquél beso fiero mientras que él se movía buscando seguir esa misma fuerza. Sus dedos delicados se arrastraron por su piel mientras que sus uñas presionaban un poco sobre esta misma tez morena... oh, por todos los cielos, amaba a ese hombre y era una sensación tan desquiciante que lo volvería loco si no se entregaba a ella.

Al separar sus labios de los de su Deidas estos pasaron rápidamente a llenar el hueco que dejaba aquella ausencia ocupando sus labios ahora en la piel de su señor, mientras se sostenía para caer de nuevo a su miembro sintiéndose atravesar de una sola estocaba. Pero el colmo venía y se acercaba en que el Dios insistiera con sus manos llegando a estimular de aquella forma para robarle un nuevo y profundo jadeo al rubio. Sí, lo iba a volver completamente loco a este paso, pero podía apostar que ese era el fin de todos los actos de su señor.

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-AGH!- Gruñó audiblemente ante aquellos movimientos y se dio cuenta que ya no podía dejar que Apos lo hiciera solo, él terminaría con todo aquello, lo abrazó de la cintura pegándolo contra él mientras se sentaba en la cama, lo acomodó con cuidado contra esta y le arrebató un beso más salvaje que todos los anteriores mientras lo tomaba de los muslos y acomodaba sus piernas bruscamente contra su cintura, comenzó a embestirlo con fuerza furiosa una y otra vez esforzándose por mantener ese beso para acallarse a sí mismo. Inevitablemente tuvo que alejarse de aquel beso cuando saboreó aquella sangre dándose cuenta que su pasión estaba haciéndole daño al rubio, lamió sus labios como pidiendo perdón pero sin detener esas estocadas que cada vez eran más breves -NGH!... Voy a correrme... maldita sea! Sigue gimiendo así... ahh!...amgh!...- Le exigió en un tono grave y varonil, contra su oído sin poder detenerse, la cama comenzaba a quejarse ante tales movimientos.