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Beta Mensajes : 299 Fecha de inscripción : 21/02/2011

Era una especie de terreno valdío, como metros y metros de desierto pero no había arena sino tierra de color claro, que se alzaba levemente con la brisa. Se detuvieron a la mitad del camino, todos juntos, sumaban cuatro, contándolo a él. En el lugar donde pararon parecía no haber nada interesante. El que los guiaba puso su mano en una especie de pared invisible y de pronto aparecieron en la entrada de un oscuro túnel, al que no se le veía fondo, parecía la boca de un lobo. Sin poder vacilar, siguió al guía, internándose en aquel lugar. Hiba seguido de cerca por aquellos sujetos raros que no le quitaban la vista de encima, y el guía era un hombre que se veía mucho más alto y corpulento que él, aunque en realidad no lo fuera tanto...¿Serían esos exagerados músculos?. Siguieron caminando hasta que poco a poco empezaron a internarse en una especie de palacio rústico, de los clásicos, como los platican en los cuentos: alfombrado de rojo y con candelabros dorados colgados aquí y allá. Era inmeso, había pinturas preciosas plasmadas sobre el altísimo techo. Las paredes, las columnas, los barandales, todo era de madera brillante. Lo dirigieron al que seguramente era el vestíbulo, cruzando varias puertas grandes y pesadas.

-Espera aquí...-Dijo con su voz de trueno el fornido rubio y desapareció tras otra puerta.

-Descuida, te acompañamos...-Dijo uno de los tipos que lo hiban siguiendo, luego empezó a reírse como demente. También era rubio tenía los ojos azules y traía una capucha roja puesta, parecía estar muy divertido con el asunto. Marcus solamente arqueó una ceja.

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Caín no le quitaba la mirada de encima a aquel sujeto nuevo, sí, el nuevo juguetito de su jefe, que la verdad aún no distinguían muy bien los poderes que llegara a tener pero era mejor que su jefe les dijera para qué iban a darle utilidad, miró a Dylan por un momento y luego dirigió la mirada al castillo que ya era una costumbre ir y venir de allí pero aquel chico de piel nívea parecía impresionado con todo aquello.

Wen esperaba impaciente en su trono metálico tamborileando con los dedos mientras Apos sentado en sus piernas como si fuera un gato se le repegaba al cuello para mediar su impaciencia –Tardan…- Protestó con una fría mirada. Sus órdenes debían ejecutarse con rapidez o sencillamente el elemento no servía –Cinco minutos más y recuérdame castigarles…- Le comentó a Apos escuchando como por arte de magia el portón de la sala principal, se acomodó mejor en el trono emocionado -¡Déjenlos pasar! ¿Qué esperan?- Les dijo a esos estúpidos siervos humanos, lentos como ellos solos y su raza imperfecta.

Beta Mensajes : 299 Fecha de inscripción : 21/02/2011

Irrumpió en la sala Lionel-Señor...-Hizo una leve reverencia-Ya están aquí...-Volteó a mirar a Watari.

El chico de los ojos bicolores, estaba en los portones junto a los torpes siervos humanos, al ver la seña que le hacía Lionel rodó los ojos y empujó a uno de ellos-Muévete...sólo estorbas-Le espetó abriendo él mismo con una facilidad increíble.

Dylan miró que se abrían las puertas y dio un saltito emocionado-¡Suuper! ¡El Lord te va a atender en persona niño! siéntete genial...-Le dijo todo entusiasmado, dándole un ligero golpe en la espalda con la palma de mano-Vamos Cain, tráelo...-Y caminó al interior de la sala conteniendo su entusiasmo, tratando de "comportarse" como solía reñirlo Cain para que se estuviera quieto frente a Wen

Marcus miró extrañado y molesto al tipo que le golpeaba la espalda, pero cuando lo hicieron pasar, abriendo las puertas, no le quedó más que obedecer. Cuando Dylan hizo la leve reverencia le inclinó la cabeza a él también para que la hiciera y solamente se dejó, todo tenso.

-Lo hemos encontrado en Francia, señor...es el único que se salvó de esos cerdos caza-mutantes que están operando allá...-Comenzó a explicarle, diciendo lo último con hastío, luego esperó a que Cain también dijera algo, antes de decirle al nuevo chico que se presentara con el Lord.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Todos habían recibido la noticia de que había un chico nuevo... vaya, eso era algo de ver. Que Wen considerara que alguien nuevo merecía estar entre los mutantes diabólicos recibía cierto mérito, mismo por lo que el rubio se mantuvo muy cerca de su albino para menguar aguas. Y bueno, tomando en cuenta que a Lionel parecía encantarle el llegar tarde, era una razón más para estar cerca de su imáncito que resultaba un completo impaciente... dos minutos antes de la hora y al escuchar el golpeteo de los dedos de Wen, sonrió y supo que por el bien de casi todos debía estar dándole alguna atención, mismo por lo que empezó por besarle le frente y terminó sentándosa en sus piernas, acariciando su pecho y besándole donde el cuello, al menos parecía que de vez en cuando el tacto del rubio terminaba calmando a Wen.

-Shh -le pidió al oído, antes de morderle el lóbulo-. Verás que ya llegan -aseguró, que de hecho ya los había escuchado de hace un rato y no se equivocó, lo sabía y el abrir de la puerta principal lo corroboró, mismo por lo que rió melódico y mordió el cuello de su Dios, evitando reír al mirar la expresión de niño de Wen, para acomodarse mejor pero prendiéndose de su cuello, como siempre, sobre su regazo y observando... sonrió con placer cuando al fin el chico estuvo ante los ojos de su deidad, para besarle los labios a Wen en un "te lo dije" sutil, sonriéndole después y mirando detrás suyo a cierto chiquillo que parecía aburrido.

Por su parte... cierto rubio de larga cabellera había estado muy en su papel de niño berrinchudo. Desde que llegó había estado de muy mal humor por eso de no tener un juguete personal, no se le permitía usar su habilidad de feromonas para conseguir lo que quisiera y eso le ponía los nervios de punta, claramente la Reina lo había malcriado en muchos aspectos... ahora, solo estaba ahí por eso de que llegaba alguien nuevo y eso le daba algo de curiosidad. Seguramente otra chica, sino era alguna nueva mascota para Wen y por eso estaba ta estusiasmado, o ya en definitiva algún tipo frívolo. No se sorprendería, casi podía sentirlo y lo único que le causaba gracia de momento era esa molestia en Wen por la tardanza de Lionel... ¡Qué raro! Miraba entonces a Apos con el todo poderoso y le causaba algo de envidia reconocer que el otro rubio tenía tanto sexo como deseaba y él no, irónico siendo que durante años fue prostituido, pero amaba su trabajo, había que reconocerlo... aunque debía reconocer también que no aguantaría a Wen como Apos lo hacía, por lo que el rubio podía quedarse con él... Reaccionó entonces al escuchar la puerta pero no hizo gran esfuerzo por ver, así que solo movió sus pies un momento más y al escuchar a Dylan finalmente se levantó.

-Supongo que deberé verlo... -murmuró no muy convencido, caminando descalzo hasta el trono de Wen y, con su altura, apenas asomaba un poco sobre este y de puntillas, era de altura media... bueno, era bajito, además el trono de Wen era demasiado alto para él y tan solo sus ojos carmín podían ver. Escuchó todo el alboroto de Dylan y rodó los ojos más, al ver al chico, abrió sus ojos y se colgó del trono antes de bajar y andar, se acomodó mejor esa "sábana" que llevaba puesta como toga y saltó a un lado del albino, tal cual niño pequeño, para hacer una reverencia a Wen y sonreír-. ¿Es para mí? -preguntó lo suficientemente bajo para que solo él y Apos escucharan, torpemente a la vez, y es que llevaba varios días fastidiándolo en que estaba aburrido y quería un juguete-. ¿Sí, sí? Por favor... es bonito -dijo, antes de hacerle una cara adorable. Había ignorado las palabras de Dylan y no había puesto atención cuando dijo que era un mutante por lo que, suponía, era algún humano especial o un rehén o lo que fuera y ahora lo quería-. Seré bueno, lo prometo su majestad, me portaré bien.

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Caín hizo la reverencia sin más y luego miró a su jefe serio mientras Dylan daba el informe para después empujar ligeramente al chico hacia él -Pareciera que tiene potencial mi señor, pero a decir verdad no le hemos pedido que pruebe sus poderes porque eso nos dijo, debía hacerlo usted...- Le dijo educadamente.

El peliplata se dejó hacer de Apos sin protestar ni nada pero sin desviar la mirada de sus fieles seguidores, acarició el cabello de Apos ligeramente ladeando el rostro con esos ojos grises fijos en aquel chico –Sumamente interesante, muchacho ¿Cuál es tu nombre?-

Laura estaba sentada a los pies de Wen atenta a lo que sucedía, no decía nada pero a decir verdad Wen la traía de aquí para allá como su fiel perro guardián y es que así era, ese era su trabajo y lo adoraba de verdad, adoraba a su jefe y el ego que se cargaba más grande que su castillo mismo –Nuestro Dios exige saber tu nombre muchacho…- Le dijo casi solemnemente mientras se levantaba con andares hipnóticos y sensuales hacia el chico y le tomaba de la barbilla mirándole fríamente, inspeccionándole la mirada para saber si no ocultaba nada, ella era buena para eso incluso sin tener poderes que la respaldaran en eso. Finalmente caminó unos pasos lejos de él y se puso en guardia –¡Cuando ordene jefe!-

Wen escuchó al rubio y lo miró caminar casi complacido, ah, su mente pervertida, era algo que no cambiaría por nada. En fin, el gitano asintió a sus primeras palabras –Acércate Altaír…- Ordenó, pero era tan bajito para su trono que sólo asomó su mano y la colocó generosamente sobre los cabellos rubios del pequeño, ahora se sentía un Dios complaciente y eso lo adoraba, lo volvía loco. –Humm…dame un segundo X-23 No hay necesitad de apresurar las cosas ahora- El rubio se emocionó e hizo aquella pregunta por lo que el moreno lanzó una mirada cómplice a Apos, su rubio adorado. –Podría ser…- Le contestó al fin inmutando su rostro con una tenue y maliciosa sonrisa –No lo sé… si te portas bien y le das un beso a tu Dios es tuyo, pero primero deberás dejarlo aquí para que le haga un par de pruebas más, quiero ver sus capacidades por mí mismo- Le dijo esto en su tono varonil y lleno de autoridad que ahora se le oía más sensual de lo normal sólo por tratarse de que su ego surcaba los cielos y estaba de buenas a decir verdad lo ultimo lo dijo con un particular interés –Eres perfecto para mis planes…- Le comentó al fin a muchacho guardando su mística seriedad –Quiero que me pruebes tus poderes con la señorita X-23 que también está encantada de tenerte aquí, ah y descuida, ella se regenera da igual-

Beta Mensajes : 299 Fecha de inscripción : 21/02/2011

-¿Qué estás esperando?...-Lo animó con una vocesilla impaciente, Dylan de pie tras de él luego de que Cain lo empujara-Este crío...según él muy malo...¿y si sus poderes son estúpidos, como derretirse o brillar? xD...diablos, Wen nos va a pulverizar...debimos probarlo antes...-Le murmuraba todo hiperactivo.

Watari se quedó recargado en la puerta que de nuevo estaba cerrada, cruzado de brazos, esperando que todo ese numerito terminara para poder perderse por ahí, le fastidiaba eso del "ritual de bienvenida" aunque en el fondo si estaba ansioso por saber que poderes tenía el niñato, conocía a los verdugos, estaba seguro de que no se atreverían a llevar ante Wen a un inútil.

-¿Y tu que haces aquí? ¿Te caíste de la repisa?-Se acercó a burlarse Lionel otra vez, con eso de que el menor parecía una muñeca-Pensé que no te gustaban estas cosas...y que según tú nos privaríamos de tu indispensable presencia...-

-'ja' 'ja' grandote, ¿Algún otro chiste? te da igual porqué estoy aquí, ¿vale? así que sólo cállate y mira...-Lo calló para que lo dejara presenciar bien, ya que el niñato al fin se decidía a dejar de hacerla de emoción y atacaría a X-23.

Miraba a todos en turnos, por Dios, todos eran tan extraños. Primero el chico raro que estaba sobre las piernas de "su dios" y se comportaba de esa manera, tan descarado. Luego ese de la sabana junto al trono, el niño de los ojos bicolores en la entrada, el fortachón, el demente rubio y su amigo, tan "alegre" que no lo había escuchado hablar ni una sola vez. Al fin ese último mencionado lo empujó hacia el Lord y atinó a responder hasta que insistió la chica-Mi nombre es Marcus Allen...señor-Eligió llamarlo como todos lo llamaban, cuando le dijo que probaría sus poderes con la chica vaciló un poco, nunca había golpeado a una mujer antes... pero a fin de cuentas se regeneraba ¿no? en fin, sin decir más atendió con una sonrisa maliciosa de medio lado-Como usted ordene...mi lord-Ese tipo le caía bien, ya sabía porque todos ahí lo respetaban tanto, unos minutos ante él eran suficientes para entenderlo. Se puso en guardia igual que la chica. De pronto apareció tras ella, se movió tan rápido que pareció teletransportarse, y le tiró una patada que la hizo salir volando. Otra vez apareció frente a ella y esta vez fue un golpe a la cara seguido de una barrida que la hizo caer al suelo.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Apenas sintiendo la mano grande de Wen acariciar su cabello sonrió, para depositar un dulce beso en su barbilla. Tuvo que sonreír ante Altaír... le causaba gracia lo caprichoso y aniñado que podía llegar a ser ese chico, aunque había que reconocer que tenía su carácter, sobre todo siendo que había estado años al lado de aquella Reina de la que había escuchado. Claro que al escuchar la que pudo ser una inocente pregunta brotando de los labios del rubiecito tuvo que contener una risa, sonriéndole a Wen y mordiéndose el labio inferior... el comportamiento del chiquillo le hacía imaginarse a cómo podría ser un niño mimado y, por supuesto, la respuesta de Wen le causó aún más gracia y se vio tomando la mano libre de Wen para jugar con sus dedos de forma traviesa, bastante al pendiente de la situación... claro que a como era Apos estaba en todo, casi se ríe ante la burla de Lionel pero más ante la respuesta de Watari y, finalmente, miró con interés al chico... entonces un muchacho de paso veloz, ¿ah? Si así era andando le daba pereza imaginarlo en la cama, mejor se quedaba en lo suyo con su amada deidad, pero no cabía duda que el chico podría ser bastante útil pues válgame que de no ser por su poderosa vista, no se habría dado cuenta de que corría.

Por su parte, el joven Altaír que con su emoción momentanea se hacía ver un poco mas joven de lo que era, apenas escuchó a su señor asintió y se acercó, sosteniéndose del costado del trono y, al sentir su mano, tal cual buen minino, se dejó acariciar y restregó su cabecita contra la mano de Wen. Había prestado atención a eso de que el chico también era mutante y eso realmente significaba que no podría jugar demasiado con él, pero cuando Wen dijo que podía entonces sonrió con entusiasmo y asintió de inmediato, colocó sus manos sobre el recargabrazos y saltó para besarle suavemente la mejilla.

-Muchas gracias por su benevolencia, su majestad -dijo, con una sonrisa hermosa, antes de bajar y andar a sentarse en el suelo, cambiando su semblante a uno ya más serio e interesado, completamente diferente, sobre todo cuando fijó sus ojos carmín y dejó a su cabello caer como fuera. "Marcus" se repitió en la mente, antes de sonreír y girar a regalarle esa sonrisa tanto a Wen como a Apos, para volver a mirar al chico y esperar con ansias a lo que pudiese mostrar que... fue bastante bueno en un inicio, dependía de la respuesta de X-23.

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Se dejó hacer por Apos con toda normalidad y luego sonrió satisfecho con la obediencia del pequeño. Observó con atención al chico nuevo, si sus poderes no eran dignos iba a colgar de los dedos pulgares a Dylan toda la noche, sus ojos grises se fijaron en cada movimiento con cuidado, por supuesto Laura no debía defenderse sólo amortiguar los ataques para no salir muy lastimada en el transcurso, cosa que hacía a la perfección, esa mujer era totalmente perfecta a sus necesidades salvo a una cosa: La lealtad le costaba dinero. No era que le preocuparan sus fondos sino ese hecho en sí le hacía ruido en la cabeza desde hace ya un tiempo, en fin. Sentía los finos deditos de Apos jugando con su mano pero se dejó consentir por un rato, mientras nada le molestara sería un Dios benevolente y no descargaría su furia en nadie. Distrajo su mirada por un momento en Lionel y amplió una sonrisa para después seguir poniendo atención –Buenos movimientos…- Le musitó al rubio -¿Tu que opinas?- Desvió la mirada a Laura bastante divertido de la cara que ponía por no poder defenderse, esa mujer tenía un temperamento bastante…comprensible. Arqueó una ceja y habló al fin –Bastante bien, quiero ver más- Le ordenó como si fuera su bufón, en fin esos mutantes sólo eran mortales devotos a él.

Laura sólo amortiguaba los golpes con caídas hábiles y le esquivaba de cierto modo con facilidad, aunque debía admitir que para ser tan joven el chico era bueno en sus movimientos, cuando terminó con su pequeño numerito miró seria a Wen limpiándose con una muñeca la sangre de la boca mientras se veía aquella herida cerrar con extrema rapidez -¿Señor?- Al recibir la orden volvió a ponerse en guardia –Tu Dios te exige demostrar tus otras habilidades muchacho!-

Abdel llegó con un platón de uvas para su señor y se paró en unos pequeños escalones hechos para él haciéndole una reverencia –Mi señor- Le dijo con devoción mirándole después con sus grandes orbes violetas, depende de su estado de ánimo era a como cambiaban a azules, tal vez eso era su único pequeño e inútil rasgo de mutación pero gracias a eso había sido perdonado por el Dios para levarle con él a que le cuidara, era feliz con ello. Esperó a que este le concediera el honor de alimentarle y comenzó a hacerlo con sumo empeño.

Cain miraba sin expresión alguna en el rostro aquellas habilidades, sus ojos dorados siguieron cada movimiento sin pronunciar palabra y al fin decidió responderle a Dylan –Por lo que veo no es un incompetente descuida, tus pulgares estarán a salvo…- Dijo aquella broma pero en ese tono neutro y serio que causaba más gracia todavía.

Beta Mensajes : 299 Fecha de inscripción : 21/02/2011

Dylan abrió muy grandes los ojos del susto-¿Qué?... ¿¡Pulgares?! Otra vez noo…-Se lamentó en una cómica voz histérica, reprimida en un tono bajito, sabía que Cain decía eso, porque le estaba leyendo la mente al Lord. Se ocultó disimuladamente detrás de Cain-¡Muévete mocoso! ¡Hazlo!-Apresuró a Marcus, atemorizado desde atrás de Cain, ahora se sentía en peligro (xDD).

Lionel se dio cuenta de que acababa de llegar Abdel y lo observó de lejos en silencio, pero al ver a Watari tan concentrado no pudo evitar molestarlo despeinándolo un poco-Descuida se acomodará solo…-Se burló de sus cabellos pelirrojos que casi no se le despeinaban, como los de los muñecos

Watari apartó su enorme brazo con ambas manos como pudo-¡Que te quites! ¡Maldito fantoche gigante! ¡Mole imbécil!-Lo insultaba compulsivamente, en tono bajo claro, pateándolo y tirándole golpes con sus pequeños puños.

Al rubio ya le costaba trabajo aguantarse la risa y no quitaba el brazo nada más porque le gustaba como se enojaba el otro, pero al sentir de lejos la mirada de Abdel, que lo miraba feo en tono de reproche, se guardó las manos en los bolsillos fingiéndose distraído en la actuación de Marcus.

Marcus se quedó quieto al terminar y cuando Wen le ordenó ver más suspiró-Está bien…-Pensó un poco mirando a su alrededor brevemente-a ver…mi agilidad-Tras decir eso cruzó corriendo hasta el otro lado de la habitación en un parpadeo y al aparecer ahí, volvió a cruzarla de espaldas, pero esta vez dando muchísimos mortales hacia atrás como si nada, luego de un brinco se elevó en el aire muchísimo, tocando el techo con las yemas de los dedos. Luego se dejó caer desde ahí como si estuviera haciendo un clavado, dio algunas volteretas en el aire de toda clase y finalmente cayó apoyado con una mano en uno de los hombros de X-23, luego cambió su apoyo a un solo dedo y seguía estabilizando perfectamente su peso. Al final terminó en el piso detrás de ella, en cuclillas. Se levantó dando un suspiro-Si quiere ver más alguien tiene que atacarme a distancia…con un poder arrojadizo…el que quieran-Les dijo, por si la chica con la que “peleaba” no tuviera un poder de esa clase.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Sonrió al escuchar a Wen... estaba de buen humor, lo cual resultaba ciertamente provechoso. Ante eso y lo dicho por su albino amo, tan solo se acomodó gatunamente sobre sus piernas, subiendo sin problema los píes para acurrucar mejor y besar suavemente en el cuello de su señor, ligeramente aburrido con ello, mismo que era demostrado con esas acciones tan desvergonzadas.

-Si me lo preguntas... en realidad es bueno -dijo, rodeándole el cuello con los brazos y mirando despistadamente donde el chico, para reír-, pero me aburre ver a las personas tan solo correr... si pudiese mostrar algo más, sería realmente feliz -dijo, divertido, mordiendo entonces el cuello de Wen de una forma traviesa, escuchando las palabras del chico para sonreír ahora complacida-. ¿Qué sentido tendría si no ataca, eh? Venga... quiero ver esto -dijo, sin soltarse del mayor, quedándose así tal cual gato mimado.

Miró con mucho gusto todo lo que el chico hacía... había probado su rapidez ante Wen y eso parecía darle puntos, sin embargo incluso él sabía que si no podía atacar tanto él como todas sus habilidades se irían al caño, lo cual representaría una molestia para Altaír. Aunque al escuchar que estaba dispuesto a más en unos momentos, sonrió con justo y se levantó un segundo, mirando a X-23 y después a Wen.

-Mi señor... si sirve de algo, los soldados de hiedra pueden servirle en lo que desee, aunque no estoy seguro de que ayuden por completo, ellos lanzan urushiol concentrado, tras ser lanzado puede quemar o tan solo desintegrar las prendas, cuando toca la piel es irritante de sobremanera, además de que al no tener tacto con piel deja su vapor el cual al ingerirlo es peligroso para los órganos -sonrió cándido entonces-, son unos de mis bebés favoritos... ¿creen que ayuden?

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Cain sabía cual era su trabajo, leyó su mente escarbando un poco como siempre en los pensamientos ajenos sin que este tuviera molestias de ningún tipo pero no encontró nada que lo hiciera ser un peligro para la asociación, sus intenciones de unirse eran verdaderas, le mostró a Wen lo que vió concentrándose el el peliplata y finalmente asintió, sin poder evitar apenas si fugazmente por las palabras de Dylan. -Ya tranquilo, en un rato podremos descansar...- Le aseguró.

El peliplata se dejó hacer pero al parecer sin inmutarse con todo aquello, apenas si posó sus manos en su cintura y eso para poder ver -Bien, te quedas. Abdel porfavor...- Le dijo volteando a verlo, el pequeño se apartó y la vasija de uvas quedó flotando por lo que la acercó a Apos para que la sostuviera. -Me agradan tus movimientos niño, además Laura da su aprobación y Cain te ha examinado- Dijo serio mirándole a los ojos con sus frías orbes grises. Después volteó a ver a Altaír y le hizo una seña con la cabeza para que fuera a seguirlo y dejara de molestarles.

Laura hizo un asentimiento a Wen, y en seguida este le mencionó lo cual le hizo sentir de algún modo importante, había que recordar que lo que comenzó la estructura de los MD realmente fue el trato que ellos hicieron al inicio de las cosas, por lo que ella había visto a su jefe ir ganando terreno como si estuviera encargándose de apartar sólo débiles niños de su camino, le encantaba la superioridad de su jefe y sobre todo que se le tomara en cuenta, en seguida fue hasta él y le hizo una reverencia inclinandose ligeramente -Señor si no es molestia, me retiro- Le dijo respetuosamente.

El peliplata asintió mirando como se iba sin prisa dentro del castillo, seguro iba a entrenar, era una adicta a esa clase de cosas, escuchó a Apos y sonrió divertido -Sabía que dirías algo así, pero no, hoy no tendrás ese tipo de diversión- Le musitó muy cerca del oído.

El rubio acudió rápidamente frente al pelimorado y le hizo una ligera reverencia -Si tiene la bondad de seguirme señor...- Le dijo educadamente para comenzar a caminar.

Beta Mensajes : 299 Fecha de inscripción : 21/02/2011

Sonrió complacido cuando Wen lo miró a los ojos, aunque torció la boca un poco en protesta de que lo llamara "niño", pero de verdad estuvo inconforme cuando de pronto, así de fácil, lo aceptó-¿Qué? ¿Ya es todo? uff, vaya...¿Y los gigantes de hiedra?-Protestó, había escuchado a Altaír describirlos y se había emocionado, hubiera querido pelear con ellos-Esa niña de ahí-Señaló al chico botánico, con una leve inclinación de cabeza (xD)-¡Dijo que arrojan cosas peligrosas! yo quiero enfrentarme con ellos...-

Pero entonces Abdel le pidió que lo acompañara y dio por perdida su reclamación a Wen, mientras accedía a seguirlo sin más, pero de todas formas agregó-aunque no sea frente a usted...-Volteó a mirar a Altaír que había notado que ahora los estaba siguiendo también, enviado por el Lord.

-Uff...sí, más les vale, ya era hora de que terminara...bastante agotador fue ir hasta allá...y luego volver...digo, tú nunca te quejas...nunca festejas...o sea, ¡Nunca haces nada! Pero uno que sí es normal...-Le decía a Cain mientras ambos se retiraban, ahora que ya se había dado por terminada la sesión.

-Bastante prometedor ese niño...-Dio su opinión Lionel-ya nos hacía falta algo mejor que una muñequita-Recorrió con los ojos a Watari con desprecio-aunque bueno, con los verdugos no tengo protestas-Reconoció mirándolos con los brazos cruzados mientras se iban-Aunque si ese loco fuera menos desagradable, sería mejor...-Se quejó de Dylan

-¡Que te moleste es lo justo! ¡Eres sólo una enorme molestia, cabeza hueca!-Lo golpeó creando un campo de fuerza a su al rededor, haciendo que rebotara unos cuantos metros lejos de él y luego se rió un poco malvadamente

-¡Me las vas a pagar!-Se levantó enojado dispuesto a vengarse, pero Abdel lo miró con advertencia mientras pasaba a su lado, antes de salir por la enorme puerta seguido de Marcus y Altaír, así que ya no le pudo hacer nada-Ya será pronto...estupida muñeca-Refunfuñó entre dientes mientras se sacudía la tierra.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Sonrió suavemente... ¡Sí! Wen había prometido que Altaír podría quedarse con él y lo haría cumplirlo, sus besos valían demasiado como para ser simplemente ignorados. Mira que él procuraba guardar sus magníficos labios para cosas que realmente valieran la pena y aunque fuese su señor, no sería justo que le hiciera eso. Era un Dios, ¿no? Dudaba que hiciera ese tipo de afirmaciones para no cumplirlas. Más, cuando escuchó a Marcus, frunció los labios en forma de berrinche por su expresión.

-¡SOL-DA-DOS DE HI-E-DRA! -le corrigió. Aunque al escuchar que le llamaba niña, enarcó una ceja-. ¿Disculpa? -miró entonces a Wen, incrédulo, para acercarse a Apos y jalar de su ropa-. ¡Me ha dicho niña! Apos... -miró a aquél por encima del hombro, afilando los ojos... pero recayó en esos ojos azules que le habían gustado y terminó sonriedo, para andar ante la indicación de Wen y caminar detrás de él, mirándole de forma minusciosa-. Para que lo sepas, insolente -le mencionó-, soy varón... y me encargaré personalmente de ti -declaró, antes de alcanzar a Abdel y detenerlo-. Abdel... anda a preparar la habitación primero. Me imagino que deberán llevar las cosas de este chico allá... mi Señor dijo que éste estaría a mi cargo, ¿no? Así que déjamelo a mí, más tarde te dejaré guiarlo a la habitación. Será mejor que la dejes presentable antes, ¿no crees? -le invitó a simplemente largarse-. Eso, ¿o prefieres andar hasta allá de otra forma? Los soldados de hiedra tienen muchísimas aplicaciones -le recordó con un tono malicioso.

Entonces miró a Marcus y sonrió con autosuficiencia, para hacerle aun gesto a que lo siguiera.

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Cain escuchó a Dylan e hizo una mueca de ligera incomodidad para después darle un coco a ese rubio insolente -¿Conque no hago nada eh? ¿Y cuidarte qué? ¿Crees que no es agotador cuidar de un pobre loco?- Mencionó divertido por las palabras de este pero obviamente sin demostrarlo diciendo su última pregunta haciendose el ofendido aunque la verdad en parte para juguetear con él, después de esto se dio la media vuelta para caminar hacia las habitaciones haciendo como que lo ignoraba.

-Basta no me molestes más...- Le dijo Wen al chico nuevo alejandolo un poco en señal de advertendia por medio de las cosas de metal que portaba este, y al verlo irse suspiró mirándo a su lindo Abdel cruzar la sala, adoraba a ese pequeño por la paciencia y devoción con la que cumplía sus ordenes, eso le encantaba y sabía que a Lionel seguro que también... sonrió al mirar a ese montón de locos pelear y negó con la cabeza -¡Ustedes dos niños, dejad de pelear! ¿Le buscan más dolores de cabeza a su deidad?- Les preguntó conciliador esperando una buena respuesta.

Beta Mensajes : 299 Fecha de inscripción : 21/02/2011

Marcus arqueó la ceja otra vez con esa cara inexpresiva, pero con ese sencillo gesto era claro que le restaba importancia a los aires de superioridad que se daba la "niñita" esa-¡Caray! ¡Como lamento haberme confundido!...es que bueno...no creo ser el único-Dijo recorriéndolo un poco con la mirada y después una muy leve sonrisa apareció en sus labios para desvanecerse tan pronto como apareció, trató de ponerse serio otra vez-Esta bien...en serio lo lamento...-No quería que se molestara, no le convenía, ya que aún quería pelear con sus "lo que sea" de hiedra, se dispuso a ya no decir nada más y lo siguió en silencio. Abdel simplemente, tras dirigirle una mirada de protesta a Altaír, se retiró como lo pedía este.

Dylan trastabilló un poco por ese golpe en su cabeza-¡Oye! ¿Pobre loco? ¡Te voy a enseñar que puede hacer este loco!...-Le advirtió persiguiéndolo en un carrera para luego arrojarse sobre él y colgarse de su espalda como un chiquillo, lo abrazó con las piernas mientras le aplicaba una llave en el cuello con su brazo-¡Retráctate "momia"!-Se burló con su risa frenética sin soltarlo.

Watari simplemente se perdió por ahí al igual que Lionel xD...

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Su mirada se afiló hacia él, mirándole con seriedad y prosiguiendo mientras Abdel se iba. Planeaba dejar pasar tan estúpida ofensa de parte del mayor, aunque escuchar su disculpa no ayudó demasiado y tan solo meneó su mano derecha en el aire para decirle que ya le importaba un comino antes de salir a uno de los jardines laterales, donde con un fino y delicado movimiento de sus manos sobre su cabeza formó un túnel verde sobre ambos, dejando que se viniese cerrando tras su paso. Anduvo así, comenzando a sentir el pasto fresco en sus píes cuando terminó el camino por el túnel, entonces se encontraron en un jardín espacioso, limpio, con flores en los extremos pero impecable, solían usarlo para cualquier tontería femenina que se les ocurriera a él y a Apos, mismo por lo que él tan solo se giró en un movimiento casto y se dejó caer de sentón en un trono verde, cómodo para el menor que le sonrió.

-Este es mi campo de batalla... tú dirás si deseas jugar -comentó, para reírse y mirar a su alrededor-, mis bebés no son ansiosos, a final de cuentas... el único que lo es eres tú, pero te recuerdo que ellos no tienen piedad -expresó, sin más-, y yo tampoco la tendré si me molestas -espetó, desviando la mirada-. Te dejaré escoger el juego... pero las reglas serán mías.

Beta Mensajes : 299 Fecha de inscripción : 21/02/2011

Marcus se emocionó, esos ojos fríos tuvieron un leve destello de emoción-¡Genial!...¡Sup...!-Pero luego de inmediato se aclaró la garganta para recuperar la seriedad-Es decir...suena bien...-Le dirigió esa sonrisa sexy y maliciosa, que a las chicas les encantaba. Se pasó una mano por el cabello, mientras pensaba-Ya lo tengo...-Dijo al cabo de unos segundos-Llena el campo con tus..."bebés"...-Arqueó una ceja, le parecía extraño tener que llamarlos así, pero en fin, así les decía él-¡Que sean 5, 10! ¡Los que quieras!-Alardeó, tronándose los dedos de las manos. En un segundo, cruzó todo el campo, hasta aparecer del otro lado. Desde ahí marcó una línea con su pie-¡Comenzando a partir de aquí!-Le gritó para que lo oyera y lo mirara.

Luego de eso, otra vez apareció frente a él, prácticamente, invadiendo su espacio personal-Tus "bebés" tendrán la tarea de impedirme llegar hasta aquí...-Le siseó, aún sonreía de ese modo, mirándolo directo a los ojos, con las manos apoyadas en las coderas del trono-Pero si llego, tú pierdes...-Dijo después como si nada, apareciendo en su lugar inicial, con las manos apoyadas en la cintura-¿Qué dices? ¿Te gusta?-Sus ojos se fijaron en él otra vez.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Una sonrisa sutil, traviesa y más bien parecida a una mueca tétrica se le dibujó al menor cuando notó aquél arranque de emoción de parte de Marcus. Más que suficiente para que le volviera el entusiasmo y le gustara el chico nuevamente. Oh, pero ante aquella sonrisa tan sensual se mordió el labio inferior y tuvo que contenerse para no usar la seducción sobre el nuevo ya que probablemente Wen o Apos le reñirían. Así, el juego se planteó de parte del ojiazul y al tenerle tan cerca el rubio apenas tendió a sonreír. Era ago expresivo por naturaleza, pero de momento no le venía en gana mucho más que disfrutar de la vista y de un buen juego de niños. Le miró volver a su sitio de inicio y se recargó en su trono pensándoselo un poco, para ladear ligeramente aquél dulce e ifantil rostro.

-¿Qué es lo que yo gano o pierdo? -quiso saber, antes de reírse y extender los brazos hacia el frente-. Despierten, mis niños -musitó, más para sí que para Marcus, formando un montón de bultos en el suelo-, arriba que vamos a jugar... -y solo tuvo que extender los brazos hacia el cielo divertido para elevar unos cuantos metros su lugar-, ¡y ven por mí, Marcus! -exclamó extasiado, dejando que las grandes y voluminosas formas de los Soldados de Hiedra se mostrase ante Marcus, bastante pasivos de momentos-. Impon los premios y veremos cuánto se esfuerzan mis niños...

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-Premios...-Aquello le entusiasmó todavía más. -Qué buena idea...-Se quedó ahí de pie, pensando, hasta que se le ocurrió algo, brincó alto para mirarlo a los ojos otra vez, así de fácil, llegó hasta donde él estaba, y grácilmente se sostuvo de las coderas del trono otra vez, con un balance perfecto, sin tener que hacer mucho esfuerzo-¿Qué tal si los dejamos libres? Si gano yo elijo mi premio...pero si tú ganas, eres libre de elegir...lo que tú quieras-Casi paladeó aquellas palabras, mirando directo a sus ojos, es que no sabía porque le gustaban tanto esos ojos color rubí, podía mirarlos durante horas sin cansarse. Se impulsó nuevamente con los brazos y salió volando hacia el otro lado del campo otra vez, con una pirueta hacia atrás-¡Yo sé que estás de acuerdo!-Gritó mientras se iba. Cuando al fin cayó, detrás de la línea que había marcado con el pie antes, una satisfactoria sonrisa se extendió en sus labios.

-Que comience el juego...-Musitó con los ojos encendidos en desafío, mirando a sus contrincantes frente a él, ya estaba planeando una ruta mental, para cruzar entre ellos con más facilidad. Luego miró hacia el trono, podía hacerlo...llegaría hasta allá, ¿qué tal difícil podría ser?.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Lenta y divertidamente, una sonrisa encantadora se le vino dibujando al rubio al escuchar la positiva. Recargó su codo contra el recargabrazos y luego sostuvo su rostro por la mejilla con esa misma mano al verle acercar con tan poco preocupación. Así, el muchachito ladeó un poco el rostro, mirándole y llegando a comprender el sentido de sus palabras. Se rió brevemente, a par de que le veía alejarse derepente, cayendo así al piso de forma grácil y sonrió más complacido aún cuando Marcus se aseguró a sí mismo aquello. Le parecía absolutamente fascinante, así que no evitó morderse el labio inferior mientras le observaba.

-Una cosa -interrumpió el jovencito, cruzándose lenta y sensualmente de piernas-, no tienes derecho a llegar hasta mí si todos ellos quedan de píe... quiero a mis bebés derrotados, de lo contrario no representaría un reto y, por supuesto, tendrás un límite de tiempo para alcanzarme y no es válido que hagas ese salto para llegar a mí. Considerando que eres velóz, supondré que con 30 o 40 minutos te basta -alardeó un poco, algo perezoso, para emitir un bostezo-. Bien... que empiece el juego -declaró, para que los gigantes empezaran a moverse de inmeadito en contra del muchacho.

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-¿30 o 40? ¡Pff! ¡Me estás subestim...!-Pero entonces tuvo que esquivar velozmente un ataque que le lanzó uno de ellos, tan poderoso, que hizo una fisura de dos metros de profundidad en el suelo-¿¡Pero qué...?! ¡Wah!-Volvió a echarse atrás con un mortal ágil esquivando una nueva lluvia de ataques, lanzados por los que estaban lejos; porque los que estaban cerca de él, intentaban pisotearlo cuando pasaba corriendo por su lado, o tiraban golpes al suelo, pero una ventaja era que, por ser tan enormes, sus movimientos eran torpes en comparación con los de Marcus.

-¡Ja! ¡Cómanse esto!-Dio un salto en el aire para que apuntaran sus disparos hacia él e hizo una gran barrera a su al rededor, un campo que lo protegió, rebotando los ataques, que regresaron justo hacia ellos, atacándolos, pero sólo los deterioraron un poco, su resistencia demostró ser asombrosa. Solamente uno de ellos cayó derribado
-¡Vaya!-Pero eso no lo cohibió, al contrario, lo emocionó más. Con astucia, corrió en círculos para que se juntaran todos en una misma dirección, algunos chocaron uno contra otro y se cayeron, otros incluso erraron el golpe y atacaron a su compañero de a lado, en su intento por atraparlo. -¡Así me gusta grandotes!-Se veía muy emocionado para parecer estar jugando en lo que, para cualquiera, significaría el lugar de su muerte, con tantos gigantes invencibles atacándote al mismo tiempo.

Pero algo salió mal, uno de los ataques se estrelló en el suelo muy cerca suyo e hizo que saliera volando, entonces uno de ellos lo atrapó con su enorme mano y lo arrojó al piso mientras que otro arrojaba un nuevo ataque justo donde él había caído. Una estela de polvo se levantó, impidiendo ver nada, justo cuando todos sus contrincantes lo empezaban a dar por muerto-¡Aquí estoy idiotas!-Gritó un pequeñin, colgado de la mano del que supuestamente lo lanzó al piso, jamás lo lanzó, se sostuvo de ahí todo el tiempo-¡Ya encontré tu punto débil!-Sumergió su mano entre las hiedras de las que estaba hecho el gigante y arrancó una muy gruesa, haciendo que todo el nudo de hiedras que formaban su mano, se desbaratara hasta el codo, dejándolo manco.

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Altaír enarcó una ceja de forma encantadora cuando el otro estaba por acusarlo de despreciar su poder, ante lo que el rubio rodó los ojos y le miró con suprioridad desde su trono. Los Soldados de Hiedra eran de sus favoritos, pero no se llevaban el primer puesto, eso era por cuestiones obvias: Eran unos idiotas bastante fieles, pero sobre todo eran idiotas-. Me parece que eres tú quien me estaba subestimando... Creéme, confío demasiado en tus habilidades -dijo tan simple como si tal cosa, para acomodarse, aburrido, en su trono. Aunque claro, cuando Marcus empezó a mofarse de sus soldados, el rubio empezó a reír bastante divertido.

El ojiazul se antojaba a un pequeño jugando a los encantados... solo que el "encanto" en cuestión podría representar incluso la muerte, pero Altaír no estaba siendo tan extremista. Aún así no cabía duda de que estaba pasándola de lo mejor, antojándosele el bocadillo que andaba y brincoteaba de acá para allá, pero cuando pareció todos le golpearon, prestó algo de atención mientras brotaba de su trono un racimo de uvas que vino probando. Sus rubíes se fijaron con curiosidad entre el uno hasta carcajearse al verlo colgado de una de las manos, para aplaudir enérgico en tono de admiración y alegría: Estaba feliz porque alguien jugaba placenteramente con sus bebés y se divertía haciéndolo, además de que le contagiaba esa diversión y le atraía cada vez más.

-¡Bravo, bravo! -exclamó en cuanto encontró el punto débil, parándose para aplaudirle con devoción, para reírse y volver a sentarse-. ¡Cuidado, Marcus! Solo tienes 10 minutos más -le informó, quiñándole un poco-. Además, los Soldados de Hiedra tienen una habilidad especial -explicó, mientras comía otra uva-. Ellos son idiotas... pero aprenden fácilmente tus movimientos -sentenció, para lanzarle un beso.

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Marcus sintió como su ego se hinchaba ante sus halagos, expresando una gran sonrisa maliciosa, pero luego se le desapareció de golpe y abrió muy grandes los ojos ante su último comentario-¡¿Qué?!-Ya no le dio tiempo ni de analizar el peligro, porque el gigante usó la mano que le quedaba para arrancarse a Marcus y lanzarlo al piso-¡Hay no!-Casi no logró rodarse para que no lo pisaran, iba a correr pero ellos lo predijeron y le cerraban el paso, como si supieran para donde iba, lentamente formaron un círculo con sus enormes pies al rededor, dejándolo sin salida, como cuando acorralas con tus manos a una hormiga para que no escape-Mierda...-Musitó. A tiempo alcanzó a aferrarse a la pierna de uno de ellos antes de que una lluvia de ataques que cayeron sobre él, lo redujeran a cenizas.

Con habilidad trepó hasta la cabeza, teniendo que esquivar a los gigantes, quitándoselos como podía, era más difícil ahora, porque ninguno atacó al gigante sobre el que trepó, sólo intentaban agarrarlo, y si lo lograban, eran tan fuertes, que de seguro le romperían algún hueso y sería el fin del juego. Se escondió tras la nuca del gigante y los vigiló sigilosamente desde ahí, parecían buscarlo, así que aprovechó.-¡Aquí estoy tontos!-Los llamó, seguido de un silvido, como no podían verlo y el sonido vino de la cabeza del gigante, ahora sí logró que le dieran justo en la cabeza.-¡jaja!-Empezó a saltar sobre las cabezas de todos, se asomaba y luego se ocultaba otra vez, lo que provocó que se descontrolaran y comenzaran a soltar disparos a lo loco, degollándose entre ellos.

Al fin terminó de pie sobre el hombro del último, el cual si alcanzó a lastimarlo con su mano enorme, mientras él se ocupaba de sumergir el brazo en su nuca para arrancar la raíz de la hiedra, la principal, lo cual hizo que se deshiciera al instante. Antes de que se desplomara por completo, saltó desde su hombro con habilidad y terminó justo frente al trono de Altahír, con la ropa llena de tierra y algo de sangre escurriendo por su mejilla, pero con una amplia sonrisa de satisfacción, maliciosa, ladeada-Creo que...-Se giró de medio cuerpo a ver el desastre de los cadáveres de hiedra-Te gané...-Se encogió de hombros melodramáticamente, fingiendo estar confundido se rascó la cabeza con una mano en la cintura, dándose cuenta de la fisura que tenía, porque se manchó la mano de sangre, pero tan sólo la sacudió en el aire, restándole importancia; se dirigió hacia él nuevamente-¿Y ahora que pasará?-En tono sugerente.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Altaír parecía un pequeño en la noche de navidad... se emocionaba y brincoteaba encantado, emocionado por las hazañas de Marcus, festejándole a la par. No podía evitar partir en carcajadas cuando el otro empezó a jugar al escondite, mirándole con unas mejillas enrojecidas debido al esfuerzo, sobándose la barriga pues le dolía de tanto reírse. Tenía las pupilas dilatadas y había dando tantas vueltas en su trono que ahora estaba al revés: Con las piernas sobre el respaldo y la espalda contra el asiento, dejando caer su hermosa cabellera que lucía como cascada debido a la gravedad y la considerable altura, dando leves patadas al asiento entre sus carcajadas.

Entonces Marcus derribó al último y el rubiecito le miró desde su sitio, en aquella posición, a modo que cuando el muchacho terminó frente a él Altaír se limitó a sonreír y girarse mientras el respaldo bajaba lentamente haciéndole un cómodo camastro en el que estaba bocabajo, ladeó un poco el rostro reclinándolo sobre su brazo contra el camastro, con una sonrisa por más de traviesa y encantadora. Emitió una risita ante aquella declaración y asintió mientras se recargaba sobre su sitio con las manos. Le había puesto una plataforma de madera a Marcus para que se parara, a modo que sus rostros quedaban casi a la misma altura, el de Marcus un poco más arriba del propio. Al final, el mocvimiento de Altaír se volvió felino al moverse en cuatro para acomodarse mejor.

-Y por dos minutos -recalcó, haciendo crecer a su lado una planta de colores apagados, arrancando una frutilla con forma de tréboles regordetes, a modo que arrancó una de estas y la mordió, dejando que el jugo se deslizara por su rostro antes de mover la plataforma del contrario, haciendo que se acercara, estirando sus manos delicadas para tomarle por el rostro y haciéndolo ladearlo a la vez, para lamer lenta y sensualmente donde la herida, dejando el néctar de aquella frutilla de antes sobre la piel blanca del otro-. Esto sanará pronto -aseguró, antes de sentarse y dejar colgar sus piernas delgadas, haciendo que la plataforma lo acercara más hasta rodearlo con sus piernas por la cintura, mirándolo hacia arriba mientras se sostenía con ambas manos del asiento-. Pues se supone que ahora has de elegir tu premio -respondió, mirándole a esa corta distancia-. Pero ni idea de qué pedirás -agregó luego, para soltarlo y levantar las piernas sosteniéndose con sus brazos, dando una marometa hacia atrás con todo el cuerpo estirado y, por lo propio, se formó toda una suave y verme plataforma para sus juegos-. ¿Qué deseas de mi, Marcus?

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Marcus lo observaba en silencio hacer todas esas cosas en su trono transformable, que se convirtió en un camastro sobre el que el otro hacía todos esos movimientos sensuales, como si adivinara sus pensamientos, provocándolo. Cuando mordió la fruta y ese hilillo de jugo corrió por la comisura de sus labios hasta su barbilla, el ojiazul se relamió los labios inconscientemente, entrecerrando más su mirada, siguiendo con la mirada esa gota escurridiza, hasta que se derramó. Su corazón se aceleró cuando el otro lo tomó así del rostro, haciéndolo sentir como un chiquillo otra vez, en aquella lejana primera vez cuando besó a una chica por primera vez, esos ojos y ese rostro perfecto se acercaron peligrosamente, hasta que le hizo ladear la cabeza, lo cual lo decepcionó para sus adentros, pues ya casi podía saborear sus labios. Sintió un ardor peculiar en la herida, cuando el néctar de esa fruta extraña escurrió sobre ella.

Arqueó una ceja sonriendo malicioso cuando el otro hizo aquella pregunta, cuando sintió sus caderas pegarse contra las suyas, un delicioso escalofrío le recorrió la columna en forma descendente hasta agolparse bruscamente en su entrepierna, lo cual le preocupó, pues no podía creer que estuviera excitándolo tan fácilmente con sus jugueteos atrevidos. Cuando se separó de él, contuvo un jadeo de protesta, podía sentir el deseo a flor de piel, por alguna razón, ese chiquillo lo enloquecía, le calentaba la piel con sólo mirarlo o sonreírle.

Tragó en seco, buscando que sus pensamientos tuvieran alguna coherencia para poder contestarle con astucia. Guardó silencio unos segundos, mientras se tranquilizaba, pues sentía que si abría la boca en ese momento diría alguna tontería sin sentido. Luego de esa pausa, lentamente se extendió en sus labios una sonrisa maliciosa, sexy. Sus ojos azul rey, se deslizaron por todo el cuerpo del menor, como los de un depredador que ya puede sentir el sabor de la carne de su víctima en la lengua, aunque ésta siga a metros de distancia de él. Se acercó a él lentamente, con movimientos elegantes, fue cortando las distancias entre sus rostros, al final, acabó con las rodillas arriba del camastro, acorralando así el cuerpo del menor contra el diván de hierbas sobre el que hizo que se acostara, a medida que fue acercándose.-¿Te costará mucho trabajo adivinar ahora qué es lo que quiero de ti...Altahír?-Delineó su pregunta con esa voz aterciopelada, hablando contra su oído, sintiendo como su cuerpo vibraba al percibir el aroma dulzón que desprendía el rubio.

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