Te estoy siguiendo~ ||Privado||

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

*Era un día nublado y Aidan había ido a cumplir una misión que su querido Rey de corazones le había encomendado… buscar la guarida de los cazadores de mutantes, sería pan comido, con sus ilusiones podía salir ileso sin problemas. Miró alrededor en el parque hacía mucho viento y la gente comenzaba a irse corriendo rápido de ahí pues todo aquel clima apuntaba a una lluvia terrible, sin embargo él ya llevaba un buen rato siguiendo a un muchacho que tenía perfil de sospechoso por ahí asiéndole la ilusión de que no había nadie por ahí para ver como actuaba, le tenía bajo su control y hasta que no quisiera que le viera lo haría. Se detuvo tras un árbol para descansar y le quitó la ilusión sin problemas ya que suponía que no le vería (¿Pero a quién le pasaría desapercibido un hombre con ropas tales? Sólo en su loca mente…)

*Tras lo acontecido con Kyosuke en casa... sinceramente a ultimas fechas no tenía muchas ganas de estar ahí y menos si tenía que verle la cara a su hermano. Se le imposibilitaba mirarle a los ojos o siquiera hablarle sin recordar las respuestas que le dio aquella otra noche ante lo "divertidos" que estuvieron. Sentía pena por sí mismo y le entristecía saberse derrotado, seguramente por eso últimamente no hacía más que caminar y caminar en círculos.

Este día andaba de negro, como siempre, pero con la mirada más vacía que de costumbre. Había repasado todo lo sucedido y se daba cuenta de lo poco que le había molestado realizar aquello en esos momentos, pero también le estresaba. Al final terminó andando bajo el cielo nublado, con un cigarrillo en los labios recién encendido y dándole una profunda calada antes de detenerse con una mano en el bolsillo.

-¿Hasta cuándo vas a seguir persiguiéndome? -quiso saber, antes de retirarse el churro de tabaco de los labios y expulsar el humo mirándole sobre su hombro sin darle demasiada importancia-. Será mejor que digas de una vez por todas qué quieres...

*El pelinaranja le escuchó y amplió una maniática sonrisa subiendo el rostro dejando ver sus orbes verde limón asomándose desde atrás del árbol para mirarle fijamente detectando aquella tristeza que ya era tan familiar para él, obviamente sus problemas no tenían siquiera comparación con lo que a veces en sus momentos de cordura abrumaba su cabeza, pero finalmente debía responderle -¿En que se parece un cuervo a un escritorio?...- Le preguntó como acostumbraba molestar a todo el mundo cuando no quería responder lo que debía.

*Al notar esa expresión tan solo se le ocurrió largarse, por lo que llevó su vista hacia el frente y se decidió a emprender camino, pero el oir la que aparentó ser una respuesta le hizo detenerse y mostrar apenas una despintada sonrisa antes de girarse en su eje. ¿Le estaba tomando el pelo este loco? Se lo suponía, pero el juego parecía algo divertido y al final le miró directo a los ojos, retirándose nuevamente el cigarrillo.

-Tengo un montón de respuestas inteligentes para esa pregunta -dijo, con tranquilidad-, aunque podría asegurar que la correcta es "absolutamente nada", pero complaceré en satisfacer tu curiosidad con la que creo que quieres oír -comentó, antes de llevarse el cigarrillo a los labios y darle una calada, comenzando a hablar mientras soltaba el humor-. "Because it can produce very few notes, who they are very flat; and it is nevar put with the wrong end in front."

*Era bueno, generalmente la gente se exasperaba cuando se ponía a acosarlos con esa pregunta pero él había sabido responder… -Buena respuesta, pero ¿sabes? Me intriga más el hacho de no saber porqué tu sonrisa se ha enojado contigo y te ha abandonado aquí con un clima tan poco favorable- Le dijo con aparente angustia como si fuera algo muy serio de lo que hablaba.

*Al menos parecía que había sabido cómo complacer los deseos de su contrario, mismo por lo que le miró formular una nueva incognita y le miró ligeramente serio, retirándose un momento el cigarrillo tras la nueva calada y dejando fluir el humo con tranquilidad mientras parecía querer crear una nueva respuesta para su contrario.

-Asumiré que ha sido una pregunta y no una observación, así que responderé con sinceridad a ello en lugar de pasarlo por alto -declaró, antes de mirar un poco el cielo-. Ella me ha abandonado hace años porque creo que ha decidido irse junto a mi madre... apuesto a que ella le simpatizaba mucho más que yo y no la culparía, fue una gran mujer -comentó y se encogió de hombros-. Pero ahora que he dado respuesta a dos de tus preguntas me gustaría obtener la propia... ¿Qué deseas?

*-Todo y nada. Quiero decir que no puedo desear menos- puntualizó -Es mucho más fácil desear algo, que nada. Por eso es que el decir todo es sólo decir algo- Le explicó tranquilamente mientras le ofrecía una sonrisa más tranquila y amistosa -¿Tu nombre es?...- Le preguntó acercándose demasiado para observarlo de cerca porque nunca terminabas de mirar bien algo sino lo hacías así.

*Una sonrisa por más de divertida y descolorida se le dibujó por vez primera en ese día. Ya no sabía si el tío este quería tomarle el pelo, pero le estaba agradando de sobremanera la forma en que se comportaba. ¡Le divertía! Parecía algo inteligente esa última respuesta y en honor a ello le regaló esa sutil pero representativa sonrisa llena de satisfacción, como diciendo que ahí estaba lo que parecía querer ante la pregunta de antes.

-Para mi esa respuesta es suficiente -apremió, más aún con esa sonrisa ante su rostro y, a con la nueva pregunta, se terminó el cigarrillo y lo dejó en el piso para presionarlo con el píe y luego le miró en un acto desinteresado-. Ennosuke Gyokudo -dijo, con tranquilidad, aunque mirándole acercarse más de la cuenta y enarcó entonces una ceja-. ¿Tú eres?

*-Aidan Austin, es un placer!- Le dijo mientras daba un saltito hacia atrás y hacía una reverencia -Es un honor estar frente a alguien tan ingenioso- Reconoció ampliandole una sonrisa -Por cierto, ¡¡Feliz no cumpleaños!!- Exclamó extendiendo los brazos para abrazarle de un modo efusivo. Y después mirándole al separarse un poco -Debo confesar que ya no eres sospechoso de traición a la corona del rey de corazones- Informó muy solemne con una sonrisita más discreta.

*Le miró con todo aquél circo y ladeó un poco el rostro antes de asentir un poco ante sus actos-. El honor es mio -respondió, aunque la nueva expresión le hizo fruncir el entrecejo algo confuso ante su actuación y de poco en poco le pareció más que el sujeto no estaba del todo cuerdo-. Me alegra escuchar que soy inocente de tal osadía sin embargo admitiré que no tengo el placer con el Rey de Corazones y advertiré que no debería asegurar el asunto del "no cumpleaños", señor...¿Qué tal si hoy si fuese mi cumple años? -indagó, con una mirada divertida-. ¿Qué haría entonces?

*-No, no, tu cumpleaños no puede ser hoy porque si fuera hoy tu sonrisa no estaría enojada contigo y tu casa tampoco- Respondió rapidamente riéndo bajito cubriendose los labios discretamente. -Vaya ¿Entonces no le conoce?... Quién sabe si algún día teng el placer de conocerlo, como sabrá las tareas de un rey son muy complicadas- Dijo después como desepcionado de ese hecho -Pero responderé sólo porque me agradas, si fuese tu cumpleaños hubiese tenido para ti una fiesta de té-

*No pudo evitar una sonrisa apenas visible ante tan inocente comentario. Le sorprendía que alguien que lucía como este frente a sus ojos pudiese decir algo tan infantil, pero le agradaba hasta cierto aspecto-. ¿Cómo sabes que mi casa se enojó conmigo? -quiso saber, cruzándose de brazos con un poco de más confianza y escuchando su desilución después, para asentir. Ante la respuesta sobre su cumple años, tuvo que hacer una mueca-. Pero entonces tendrías que hacer dos... porque tengo un mellizo.

*-Por eso es que tu casa se enojó! Porque dos personas a las que el tiempo comienza a cronometrarles con simultaneidad a pesar de todo nunca serán iguales, el tiempo es un gran personaje sólo que está algo loco como tu y yo- Al decir esto le miró a los ojos y las cosas al rededor comenzaron a cambiar en colores llamativos y fondos psicodelicos. -Las cosas siempre ocurren en el momento indicado, si esto sucedió es porque algo interesante te va a pasar...- Dijo rodando los ojos verdes con una carita complice a lo dicho.

*Le miró curiosamente ante esa respuesta, ensanchando un poco los ojos para escucharle con mayor atención. En definitiva... era un ser sumamente extraño, interesante y divertido, un personaje digno de admiración al que justo ahora estaba mirando. Sí... le intrigaba bastante su existencia y hasta se sentía ligeramente interesado en ello. Pero cuando todo comenzó a cambiar de color a su alrededor sonrió de manera divertida, bastante complacido-. Así que no soy el único especial aquí... me pregunto si estaría bien prestar un poco de mis habilidades a tu pupila.

*Aidan le miró más que interesado, inmerso en aquellas palabras -Sería un pacer observarte...- Admitió con una expresión amable pero misteriosa dentro de aquel fondo de Wonderland que había creado en el instante. Nunca le interesaba la gente pero este chico en particular despertaba su curiosidad por lo que no estaría mal intentar convivir un poco más con él, decidido, sería a quién acosaría en sus tiempos libres y no podría hacer nada contra eso por más que lo intentara hasta que él mismo se aburriera de ese juego.

Alpha Mensajes : 1026 Fecha de inscripción : 16/02/2011

Al escuchar esa respuesta se limitó a asentir, sacó otro cigarrillo del bolsillo a la par de que un réplica exacta suya le prestaba el encendedor y encendía su cigarrillo para luego sacar otro que el propio Ennosuke original encendería. Se pararon de la misma forma, ambos. Le miraron con una sonrisa arrogante mientras se metían las manos a los bolsillos-. Gracias a mi clarividencia pude ubicar que te encontrabas siguiendo mis pasos... también poseo reflejos y fuerza sobrehumana por lo que me fue un poco más evidente sin olvidar que tengo la habilidad de vampirización. Te lo demostraría, pero sería muy poco provechoso para ambos: no quiero destruir esta interesante vista tan pronto -argumentó al mismo tiempo con los dos personajes, provocando un ligero eco a causa de lo propio y dando una calada al cigarrillo al mismo tiempo después de ello.

Beta Mensajes : 333 Fecha de inscripción : 19/02/2011

Aidan le miró maravillado y amplió una sonrisa al ver un par igual de aquel chico con el que hablaba -¡¡Waah!!- Exclamó emocionado -¡¡Tus dones son magníficos!!- Exclamó encantado aplaudiendo sumamente emocionado.

En un momento había comenzado a llover fuerte al sonido del rayo por lo que Aidan se resguardó bajo el árbol en el que estaba escondido hace un momento para posar su verde mirada en un chico que iba en bicicleta, en cuanto le miró se detuvo el tiempo, incluso la lluvia dejó de caer, fue una pequeña pausa muy perceptible en ese clima -Tus poderes dan pausa a mis pensamientos- Bromeó divertido mirándole para dejar todo fluír de nuevo.

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Hizo una leve reverencia a la respuesta tan enérgica y desvaneció en la lluvia a su imitación, terminando el cigarrillo del que disfrutaba y eliminándolo finalmente al empuñarlo en su mano. Se notaba el cambio a pesar de todo y, el cambio producido en el tiempo, se notó aún más. Sonrió agradecido por las la broma que vino de parte del pelirroja y respondió con una mirada encantadora a la par de que sus finas palabras brotaban-. Y los tuyos estimulan los míos -reveló, con las manos en los bolsillos mientras sentía el agua pasar a humedecer su cuerpo y empujar hacia el suelo sus cabellos ahora ligeramente pegados a su piel gracias al agua fría que recorría el campo.

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En ese momento hubo una extraña química de simpatía bastante curiosa, Aidan le tomó de la ropa para pegarle contra él y bajo la lluvia darle un beso que buscaba ser apasionado con movimientos arrebatados de sus labios para que le permitiera tener profundidad, la verdad es que después de estarlo observando la mitad del día había que reconocer que era muy atractivo y él demasiado impulsivo para ignorar ese hecho. Con ambas manos se aferró a sus ropas para que no se alejara y en medio de aquel arrebato su sombrero cayó al césped sin importarle realmente.

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No consideró siquiera el cambiar su expresión un poco con respecto a Aidan, pero cuando le notó acercarse de aquella forma y tomarle por las solapas apenas se resistía a la fuerza de su contrario antes de sentir los ajenos labios presionando los propios con semejante fuerza e intensidad. Sus ojos se abrieron un poco en aquél pequeño asombro que le causó la acción, pero no se inmutó más permitiéndole hacer sin sacar sus manos de los bolsillos y dejándose llevar para corresponder al beso que el contrario le propinase. Eso le aseguraba lo loco que podía ser este tipo tan impulsivo y, de alguna forma, le fascinaba, seguramente fue por ello que no le detuvo en primera instancia, sino que se dedicó a disfrutarlo y, lo que era mas, corresponderlo con la misma fuerza.

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Jugó en la boca ajena, dulce cavidad que le hizo delirar por un momento, medio mordió sus labios luchando por eliminar en aquel beso toda aquella atracción que había sentido, sus manos bajaron sin razonarlo a la cintura ajena para pegarla más a él ¿La lluvia comenzaba a sentirse tibia o era idea suya? Daba igual, le gustaba mucho como estaba correspondiendo a él, era una forma muy acertada de comprobar que este no le era indiferente del todo.

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Oh, con una mierda, cómo le hacía falta el contacto humano... desde lo sucedido no podía hacer nada sin recordar el rostro de su mellizo, en esta ocasión su concentración se pudo fijar en otro ser y saborear el beso fue como si fuese la primera vez: fantástico. Cuando sintió las manos contrarias en su cintura supo que bastaba de idioteces y llevó sus manos a los hombros contrarios, para aferrarle un poco y mantener el beso con aquella misma fuerza. Sus encuentros tendían a ser inusuales, pero este superaba en muchos aspectos a todos los anteriores por el simple hecho de ser este un personaje tan fuera de serie y porque lsoa contecimientos no fueron de lo más predecible que digamos.

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Al notar su ímpetu en aquello no importaba si detenía el tiempo o creaba ilusiones para la gente que pasara por ahí y gozaba un poco de él en aquel parque, daba igual Wen no esperaba que regresara temprano ese día y a decir verdad no le había especificado gran cosa ¿Qué podía pasar?

Le puso contra el árbol mientras abría su ropa con habilidad colando las manos con lentitud, quería que este sintiera sus contactos poco a poco y con cierta intensidad no se conformaría con algo simple, él era perfeccionista en todo lo que hacía. Desabotonó el pantalón ajeno mientras comenzaba a bajar por su piel, creando la ilusión de que la lluvia que caía era cálida por lo que sería más cómodo para ambos aquella situación.

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Se imaginó cuando su espalda tocó el árbol que ya no serían en absoluto visibles para el público, más aún al saber cuál era la habilidad que el otro desempeñaba más libremente. Y no le inmutó en lo absoluto el sentir cómo sus ropas eran abiertas con esa habilidad mientras que el tacto cálido de unas manos se situaba sobre su piel. Hacía como dos o tres semanas que no estaba con alguien, por lo que este contacto le venía como agua fresca en tiempos de sequía y, notando que le desabotonaba el pantalón, apenas sonrió y sostuvo a Aidan del rostro para mantenerlo cerca, para continuar con los besos de forma provechosa y llevando una mano a intentar aportar liberándolo también a él de sus ropas.

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Éiren buscaba a Aidan con insistencia, de repente había desaparecido del castillo del rey de corazones y ella no podía estar simplemente por ahí sin saber qué había sido de su amigo sombrerero. Caminaba por las calles con sus vistosas ropas sin importarle las caras de la gente, aunque generalmente eran de agrado de la gente sin tomar en cuenta la cara de pocos amigos que se cargaba, esa mirada desorbitada que sólo volvía en sí cuando tenía a Aidan de frente. No lo veía, seguro que estaba ocultándose por ahí como solía hacerlo. "Nunca terminas de mirar bien algo si no lo haces de cerca" Recordó aquellas palabras y entonces volteó a mirar un árbol que parecía tener cosquillas. Amplió una sonrisa y a pequeños saltitos de niña juguetona llegó ahí extendiendo su mano sobre la cabeza de Aidan tocando lo invisible y volviéndolo visible al poder notarlo -Aidaan! No puedes ocultarte de mí!- Le recordó ampliándole una sonrisa infantil y mirando a su nuevo amigo al que seguro le estaba dando algo de respiración. -Mucho gusto amigo! Soy Éiren Anderson- Se presentó como si nada dando un salto atrás y quitándose el sombrero para hacer una exagerada reverencia -Aidan ¿Vas a estar muy ocupado?...- Le preguntó mirándole fijo ladeando un poco la cabeza. Pero al haberlo tocado había visto algo que le hizo que sus mejillas se pusieran de un intenso color carmín -Ahh! Por dios!- Su clarividencia de nuevo haciéndole malas jugadas...

El sombrerero loco detuvo sus contactos al sentir otra mano en su cabeza y ante aquel tono infantil volteó nervioso y miró a Éiren sonrojándose en demasía y separándose del chico mirándola como preocupado por la escena que acababa de ver, tenía esa expresión en las cejas que pareciera no querer quitarse hasta que la preocupación deja de sostener las cejas. Se mordió el labio inferior al escucharla hablar ¿Cómo pedirle amablemente que se fuera? -Ah... emm Éiren, querida, ¿Podrías por favor preparar una fiesta de té para cuando llegue esta noche? Voy a estar ocupado con mi nuevo amigo y a decir verdad es un asunto privado que ni el rey de corazones conoce- Le comentó intentando controlar su respiración. Diablos, había educado tan bien a su amiga Frabullosa. De repente ese color en sus mejillas, Aidan apartó su hombro del toque ajeno -WAAH! Te dije que tuviera cuidado al tocarme Frabullosa!- Le dijo apartándose cómicamente mientras se acomodaba un poco las ropas -Bueno ahora creo que la explicación está de más!-

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