Habitación de Ikuto

Omega Mensajes : 3362 Fecha de inscripción : 20/02/2011

Dejó las sabanas a un lado cuando, al dejarlas caer frente al espejo, descubrió sus muslos y abdomen pegajosos, llenos de semen ante aquel sueño humedo de la noche anterior. ¿Pero que demonios? Se metió a la ducha, comenzando a lavarse con prisa y verguenza, sin siquiera darse cuenta de lo que su felino amigo hacía. se lavó por completo, pasandose las manos por el cuerpo, entre las piernas, logrando con esto que un jadeo se le escapace, sintiendo un ligero dolorcillo en su entrada pero seguramente era por la sugestión de tal acto en su sueños. Era como un molesto dolor de cabeza, se le pasaría enseguida. - No puedo creer que pasara esto...- Musitó con un suspiro leve, saliendo de la ducha y tomando una toalla para secarse el cuerpo, la cual se envolvió alrededor antes de notar a su pequeño tigrillo lamiendose sobre el lavabo. - Hola tigre! No tenias que bañarte como yo, eh pequeño - Le dijo, cargandolo en sus brazos por un momento, para hacerle cariños con su nariz en la panza y luego dejarlo libre de nuevo - Vamos por algo de desayunar, eh? Yo invito - Le bromeó, mientras comenzaba a arreglarse y vestirse, cepillando sus dientes y peinando su largo cabello.

Beta Mensajes : 299 Fecha de inscripción : 21/02/2011

Rylei lo observaba desde el lavabo, cuando Ikuto volteó a mirarlo ya había cerrado con su patita la llave otra vez y se sacudió como perro para secarse bien, lo cual era muy extraño de ver. Para cuando el bibliotecario lo levantó en sus manos, sólo estaba terminando de lamerse para quitarse un poco el agua y peinarse, maulló levemente por contestar algo al comentario que le hacía, y se pegaba a su mejilla y a su cuello frotándose levemente. Luego volvió a subirse a la cama bostezando, aún había por todos lados el aroma del bibliotecario, lo cual lo hizo acurrucarse ahí mientras esperaba a que terminara, ojalá ya se apurara porque tenía un hambre voraz, después de todo lo ocurrido la noche anterior (xD).

Omega Mensajes : 3362 Fecha de inscripción : 20/02/2011

Para suerte del minino, Ikuto terminó de vestirse pronto con una toga sencilla y unos pantalones holgados por su dolor. Luego de hacerse un moño en el cabello, tomó su bolsa y al minino, al cual dejó dentro de esta. - Quedate ahi, te vez mejor - Se rió un poco - Vamos a desayunar, seguro algo te gusta...- Ofreció, sonriendo de esa misma manera dulce, tan contraria al modo tan sexual en que se había dejado ver la noche anterior. Puso rumbo al comedor y cerró la puerta. Luego se ocuparía de lavar las sabanas con sus poderes.

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[ESCENA TERMINADA]

Omega Mensajes : 3362 Fecha de inscripción : 20/02/2011

Luego de terminar su paseo con Rylei y que ambos se despidieran, Ikuto volvió a su habitación, con una inesperada sonrisa en el rostro, trayendo la cena para él y para "Tigre". Venía tarareando muy contento una suave melodía, cosa rara en él, que usualmente no parecía tan expresivo. - Tigre~ ¿Donde estas? - Le llamó, dejandole un platito con pescadito y algo de salmón ahumado que seguro le gustaría, esperando que apareciera.

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Rylei se fijó que ya no se viera en el pasillo, para apresurarse a meterse a su cuarto. Acomodó la ropa sobre su cama. Buscó el collar que le había hecho y se lo puso, para luego transformarse en "Tigre", e irse corriendo apurado hacia el cuarto del bibliotecario, ya que si no lo veía ahí cuando llegara se le haría extraño. Justo cuando lo estaba llamando para alimentarlo, fue cuando él iba entrando por la puerta muy naturalmente como si viniera de su paseo matutino, por los pasillos del colegio (xD). Se acercó hacia el plato con un maullido y empezó a comérselo, en fin, su hambre nunca se terminaba así que no importaba cuanta comida le diera, él se la comería igual.

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- Ah! Ahi estas...- Exclamó Ikuto, con expresión dulce al ver llegar al minino, inclinándose a acariciar suavemente su cabecita, haciéndole mimos, rascando detras de sus pequeñas orejitas, para luego dejarlo en paz que comiera y sentarse en el suelo, a su lado, aun tarareando alegremente.- Hoy fue un buen día, Tigre...- Musitó, observando comer al felino - Si te hubiera encontrado antes, habrías conocido a Rylei...- No pudo evitar suspirar al recordarlo y sus mejillas tomaron un poco de color al recordar el beso que se habían dado. En definitiva había sido un día muy especial. ¿Para que negarlo? La verdad era que el otro le gustaba.

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El minino lo miró a los ojos cuando empezó a hablar de él, se rió un poco internamente, aquello era muy irónico. Una vez que el pescadito del plato, pasó a la historia; maullando de forma adorable, fue a meterse entre sus piernas y acomodó su cabecita sobre su pantorrilla. "Tú también me gustas mucho, Ikuto..." Habría querido decirle, pero en su lugar solamente le lamió la mano, que seguía haciéndole mimos. Se quedó pensando en como le confesaría que su pequeña mascota era nada más y nada menos que ese Rylei por el que suspiraba en esos momentos, sería algo difícil, "¿Seguirás queriéndome?" flotó otra pregunta en el aire.

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Dejo oir una levisima risa al sentirlo rozarse contra sus piernas y al tenerlo a su alcance, comenzó a acariciarle distraidamente con su mano. Su lamidita le causo un escalofrio, pues al tenerla raposa, le habia tomando por sorpresa. Suspiró de nuevo. - Es muy pronto para que me guste, digo, apenas nos conocemos de ¿Que? ¿Un dia? - Acarició el cuerpecito del felino, mirandole por leves instantes - Pero hay una quimica, no se, la siento, como si lo conociera de antes... Aunque no recuerdo haberlo visto jamás antes - Razonó mientras le hacía caricias detras de las orejas y dejaba caer hacia atras su cabeza, apoyandola en la cama.

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El gatito abrió muy grandes los ojos de sorpresa ante ese último comentario, agradeciendo que no pudiera verle la cara, aunque se estremeció repentinamente de la impresión de escucharlo "Es que sí me conoces...aquí estoy...¿Por qué no puedo hablarte en esta forma?" Se lamentó subiendo su carita para mirarlo, pero evitaba que lo mirara a los ojos, porque seguramente, unos pocos segundos bastarían para que se diera cuenta de quien era en realidad, su mirada era muy característica, lo había delatado en una ocasión y desde entonces aprendió a ser más cuidadoso con ella. Con un maullidito se subió a la cama y le lamió la mejilla, poniendo juguetón sus patitas sobre su frente.

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No se daba cuenta de como el felino le esquivaba la mirada, pues su mente se habia divagado, pensando en el otro... Al menos hasta que el felino posó sus patitas sobre su frente, trayendole de nuevo a la realidad. - Ah! A veces me sorprendes demasiado, travieso...- Exclamó, llevando sus manos a tomarle en las uniones de los brazos del pequeño felino, jugando con la panza de este y su nariz, hundiendola en su pelaje esponjoso y oloroso, haciendose cosquillas con él. - Eres tan adorable... Murmuro, portandose mimoso, dejandolo luego sobre la cama.- ¿Tienes sueño, Tigre? ¿Quieres dormir? ¿Darnos un baño o un paseo? - Exclamó, como si el minino fuera a contestarle en cualquier momento.

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"Tigre" se retorcía felizmente mientras el otro lo mimaba, restregando su cabecita contra él para que viera que lo que hacía le gustaba. Cuando le preguntó que qué era lo que harían, luego de oír las opciones, maulló varias veces mostrándose emocionado. Corrió hacia la puerta y la arañó un par de veces para que se le ocurriera al peliplata, que lo que quería era salir, no le gustaba estar encerrado por mucho tiempo y si comía de nuevo, era un empacho seguro, así que lo preferible sería salir a ejercitar un poco las patitas.

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Rió leve al verlo correr muy emocionado hacia la puerta, como queriendo salir.- Casi pareces un perrito, Tigre...- Le bromeó, divertido. Se le hacía bastante chistoso la verdad. Se levantó de donde se encontraba para mirarse al espejo, acomodarse las ropas y peinarse un poco para no lucir muy desarreglado entonces. Sería bueno salir un poco, tal vez tomar un helado... ¿A Tigre le gustarían? Lastima que no podía preguntarle. Se encogió de hombros y una vez listo, tomó un bolso y se acercó a él, tomandolo cuidadosamente.- No quiero que Kandra te vea, o tal vez me obligue a echarte... y no quiero - Musitó, poniendo carita triste un instante, mirando los ojitos del felino - Así que quedate quieto aca en mi bolsa un ratito, ¿Vale Tigre? - Le dijo, antes de ponerlo en esta - Vamos, chico inteligente, vallamos a dar un paseo...- Apresurandose a abrir la puerta para salir de allí.

El gatito se dejó hacer mansamente por Ikuto y cuando lo miró a los ojos para confesarle aquello, se le hizo tan adorable, que hubiera deseado estar en su forma humana para poder besarlo, pero en su lugar sólo pudo lamerle la mejilla, para luego echarse en el fondo de la maleta y así demostrarle al peliplata que se quedaría bien oculto ahí dentro, aunque no le gustara estar en lugares tan pequeños y cerrados, nada le costaba obedecer por lo menos en ese momento, además tenía curiosidad de seguir espiando al otro, de saber a qué lugares le gustaba ir, qué cosas solía hacer...era la primera vez que se consideraba tan cautivado por una persona, se dio cuenta que tal vez, nunca nadie había logrado capturar su atención tan volátil por tanto tiempo como él.

[FIN DE ESCENA]

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¡Emboscada!

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